Книга - Isobel

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Isobel
Brenda Trim


Elsie tiene todo lo que podría desear: emparejada con el Rey Vampiro, laborando en el trabajo de sus sueños, rodeada de familiares y amigos y esperando a su primer hijo. Su dicha se convierte rápidamente en una pesadilla de proporciones épicas cuando su hija recién nacida se convierte en el objetivo principal del nefasto archidemonio. Buscando la guía de la Diosa, Elsie y Zander descubren que la única forma de proteger a su frágil bebé es convocar a un ángel de la guarda. Cuando aparece el atractivo guardián, Elsie y Zander se enfrentan a muchos más desafíos que simplemente mantener a salvo a su hija. A medida que los sentimientos se encienden, los celos amenazan con destrozarlos y, por primera vez, el Destino puede no garantizarles una eternidad juntos.








Isobel




Índice


1. Capitulo Uno (#u3afceb5e-31bd-5cd1-b01a-d1334e71a721)

2. Capitulo Dos (#u4063c838-1332-58ab-9bb6-8b6cd54f99d3)

3. Capitulo Tres (#u6cf8193b-9f2b-56ec-8a16-1629343eb78d)

4. Capitulo Cuatro (#ub2b381b9-0a2e-568e-97e0-46254a97d7ab)

5. Capitulo Cinco (#ua4761790-683e-57a6-b100-30843bd1d5bf)

6. Capitulo Seis (#ued82b73b-e7a0-5262-a8ea-268657408c1b)

7. Capitulo Siete (#u2d66f33c-45cb-508c-b688-460b78dca418)

8. Capitulo Ocho (#u22217d92-88e6-52b5-a99c-faadce6e45a5)

9. Capitulo Nueve (#u63398385-2281-53ce-9d71-ed07f23a09fb)

10. Capitulo Diez (#ua64e2c38-2427-508a-bf5b-29b96c9e2885)

11. Capitulo Once (#u30c1ec89-3955-5238-b48e-f8e53d701a59)

EXTRACTO DE EL GUERRERO TRUHÁN, ALIANZA DEL GUERRERO OSCURO LIBRO 10 (#uea4372c1-d1f7-53ef-a642-2660b05e68ef)

Acerca del Autor (#u26362a55-9d84-5ab0-b74d-e53eb7a35c45)

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Derechos de Autor © Septiembre de 2016 por Brenda Trim



Editor: Amanda Fitzpatrick

Arte de Cubierta Trish (PickyMe)

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* * *

Este libro es un trabajo de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son productos de la imaginación de los escritores o se han utilizado de forma ficticia y no deben interpretarse como reales. Cualquier parecido con personas, vivas o muertas, eventos reales, lugares u organizaciones es pura coincidencia.

ADVERTENCIA: La reproducción no autorizada de este trabajo es ilegal. La infracción penal de derechos de autor es investigada por el FBI y se castiga con hasta 5 años en una prisión federal y una multa de 250.000 dólares.

Todos los derechos reservados. Con la excepción de las citas utilizadas en las reseñas, este libro no puede ser reproducido ni utilizado total o parcialmente por ningún medio existente sin el permiso por escrito de los autores.

[bad img format] Creado con Vellum (http://tryvellum.com/created)


Este libro está dedicado a aquellos que han perdido a un ser querido y siguen sintiendo su amor, guía y apoyo. Estamos seguras de que tenemos ángeles de la guarda que nos envuelven con sus alas amorosas en tiempos de tristeza, alegría, luchas y victorias, así como en tiempos de necesidad.

Los ángeles guardianes están aquí para ti, para iluminarte y mostrarte el camino.




Capitulo Uno


Uf, el embarazo era para los pájaros, pensó Elsie, cuando llegó otra oleada de náuseas. Miró alrededor de la habitación privada del Hospital Harborview y notó la papelera en la esquina. Odiaba y amaba que los síntomas de su embarazo vampírico fueran magnificados y acelerados. Le encantaba porque el embarazo no duraría una eternidad. Lo odiaba porque todo estaba amplificado. Habría pensado que a estas alturas se habría vuelto inmune a sentirse abrumada porque todo había sido más intenso desde que se convirtió en vampiro.

Había ganado mucho peso gracias a sus interminables antojos de comida y se sentía como una ballena varada. ¿Por qué las náuseas matutinas no pudieron haber frenado parte de su aumento de peso? En cambio, estaba constantemente enferma y del tamaño de una casa. Respiró profundo para calmar su estómago, se recordó a sí misma que solo eran cinco meses y que estaba cerca del final.

Toda su vida había esperado ser como cualquier otra mujer, apenas mostrándose en este punto de su embarazo y ni siquiera cerca de estar lista aun para dar a luz. Un recordatorio más de que ya no era humana y no lo había sido desde que ese traidor le había dado a Kadir la clave para secuestrarla. Elsie forzó sus pensamientos a otra parte antes de permitir que resurgiera la vieja ira por la tortura que había sufrido a manos de Lena. Eso había terminado y Lena estaba muerta.

Estaba emparejada con el Rey Vampiro, también conocido como el Sr. Mandón, y lo adoraba, incluso si él apenas se había alejado de su lado desde que descubrió que estaba embarazada. Claro, a veces era sofocante, pero sabía desde el principio en qué se estaba metiendo con Zander. Era obstinado, autoritario, posesivo y sexy como el infierno.

”Esta inyección debería ayudarte con las náuseas”, dijo Jace, insertando una aguja en su brazo.

Su frecuencia cardíaca aumentó cuando el sanador de los Guerreros Oscuros simplemente mencionó la inyección. Apartando la mirada, respiró profundo de nuevo y se centró en los ojos azul zafiro de Zander. Había algo en las inyecciones que no podía ver. Podía empuñar un arma, matar demonios y escaramuzas, pero el leve pinchazo de la aguja que se le clavaba en el brazo hizo que el sudor le corriera por la piel.

Al liberarse él frío metal de su piel, se relajó en la cama, frotando con su mano libre su vientre hinchado. “Gracias por venir al hospital. Quería hacerte algunas pruebas y no estaba seguro de cuándo podría llegar a casa para hacerlo”, continuó Jace.

Miró al Guerrero Oscuro que estaba emparejado con su hermana y notó lo cansados que lucían sus ojos amatista. Desde que una nueva droga, Angel`s Kiss había llegado al reino, Jace había estado ejerciendo una doble función entre los hospitales humanos y los del reino tratando de atender a los pacientes drogadictos, y eso claramente lo estaba desgastando.

Desafortunadamente, él era el único Guerrero Oscuro que era médico certificado. El Angel`s Kiss estaba demostrando ser un problema significativo para el Reino Tehrex que requería no solo ayuda médica, sino también de un soldado entrenado para atender a los usuarios que eran combativos y a menudo violentos.

Cailyn le había comentado cuánto había estado trabajando Jace, pero no había visto la tensión de cerca hasta ahora. Quería que Zander le informara al hospital del reino que Jace ya no estaba disponible para ayudar, pero sabía que él era crucial para evitar que las personas murieran por sobredosis.

La droga era altamente adictiva y estaba reclamando miembros del reino a una velocidad alarmante. Había que detenerla, y como médico que tenía una habilidad única para curar con sus manos, Jace no solo estaba tratando a los adictos, sino que también estaba trabajando junto a los científicos del reino para encontrar un suero que contrarrestara la dependencia. Había una bruja o un hechicero en el corazón de la creación de esta nueva droga, y eso significaba que las habilidades de Jace tenían más demanda, dado que él era un hechicero. Veía la droga diferente a los otros científicos.

Elsie se sorprendió al saber que los seres sobrenaturales no eran tan susceptibles a la adicción porque se necesitaban más drogas o alcohol para afectarlos. Sus metabolismos la quemaban demasiado rápido, pero esta nueva droga era devastadora en el sentido de que un solo uso los enganchaba instantáneamente, lo que les indicaba que había un componente sobrenatural. Desafortunadamente, eso significaba que una bruja o hechicero estaba detrás del Angel's Kiss. Un hecho que pesaba mucho sobre Jace y estaba decidido a ser parte de la solución, sin importar lo que le costara en lo personal.

A pesar de que estaba trabajando incontables horas entre los dos hospitales, continuaba con sus deberes como Guerrero Oscuro, patrullando las calles de Seattle para mantener seguros a los miembros del reino y a los humanos. Aunque sus turnos eran menos que los de los otros guerreros, sus responsabilidades adicionales no le dejaban mucho tiempo para comer o dormir, y mucho menos tiempo con su pareja.

"¿Está todo bien con la bebe?" Preguntó Zander, distrayéndola de sus pensamientos sobre el agotamiento de Jace.

Apoyándose en las fuertes manos de Zander, disfrutó de los círculos relajantes que él frotaba en su espalda mientras le aliviaba el dolor. Zander parecía estar tranquilo, pero Elsie podía sentir cada línea rígida de su cuerpo mientras sus músculos se tensaban. El hecho de que Jace quisiera hacer las pruebas de inmediato tenía a su pareja en alerta, y con razón. Tener un bebé era peligroso para un sobrenatural. Cuando ocurrieron complicaciones, generalmente fueron fatales para la madre.

“Sí, todo va como se esperaba. Sé que has estado lidiando con muchas náuseas matutinas, pero tu bebé está sano, Elsie. Y, si continúas por este mismo camino, esta pequeña niña debería estar aquí en unas semanas", retransmitió Jace mientras sonreía, colocando un vendaje en el sitio donde le había puesto la inyección.

"No estoy segura de por qué se llaman náuseas matutinas cuando duran todo el día y la noche", refunfuñó cuando otra ola la golpeó. "Pero, mientras Isobel esté sana, todo vale la pena", admitió, agarrando la mano de Zander y apretándola.

Él llevó sus dedos a sus labios, besándolos suavemente. Se estremeció al sentir sus cálidos labios contra su piel. Incluso este pequeño contacto hizo que su cuerpo se encendiera con una necesidad por él. Siempre era así con él y esperaba que eso nunca terminara.

“Un ghra, eres increíble. Serás la mejor mamai del reino y no puedo esperar para conocer a nuestra pequeña —murmuró Zander, atrayéndola en un abrazo, reclamando su boca. Esa necesidad se convirtió en un infierno cuando sus lenguas se enredaron. Casi un año después de aparearlo, besarlo se sentía tan intenso y emocionante para Elsie como la primera vez.

Rompiendo el beso, Zander levantó la cabeza y su cabello negro hasta los hombros cayó en capas alrededor de su hermoso rostro. Los brillantes ojos azul zafiro derritieron su corazón cuando la miró y su cuerpo musculoso y bronceado le hizo la boca agua. No era justo cómo su cuerpo le respondía desde el primer toque de sus labios y ahora hasta el punto en que ansiaba que su compañero la tomara.

El embarazo solo se había sumado a esa necesidad. Se había convertido en la norma para ella llevar a Zander dos o tres veces al día a su dormitorio para una ronda de pasión. Su relación sexual estaba fuera de serie últimamente y era un aspecto más que disfrutaba de su embarazo.

Un carraspeo la apartó de la ardiente mirada de Zander. "Creo que esa es mi señal para irme", anunció Jace. “Llámame si tienes alguna inquietud, pero deberías sentirte mejor ahora. Descansa mucho y te veré cuando llegue a casa".

Tú también necesitas descansar, Jace. Cailyn está preocupada por ti. No puedes cuidar del mundo si no te cuidas a ti primero", advirtió Elsie, mirando los ojos amatistas de Jace.

Este horario exigente de Jace también estaba desgastando a su hermana. Cailyn estuvo despierta muchas horas preocupándose por su compañero, vigilándolo, llamándolo para hablar con él y haciendo que uno de los otros guerreros la llevara a uno de los hospitales por unos momentos robados. Los Compañeros Destinados necesitaban un contacto constante entre ellos, así que decir que su hermana estaba bastante frustrada era quedarse corta.

“¿Qué tal si preparo tu plato favorito, cerdo agridulce? ¿Crees que puedas volver a casa por eso?” Elsie le guiñó un ojo y le dio un codazo en el brazo.

Jace se rió en voz alta. "Sí, creo que puedo, pero no le digas a Cailyn que me estás sobornando. La verdad es que necesito estar con mi pareja, y de todos modos estaba pensando en volver a casa con ella” —admitió, frotando el brazalete plateado de su muñeca. “La he descuidado demasiado últimamente y tengo que compensarla. De hecho, estoy haciendo un pedido para llevar ahora mismo. ¿Puedes entregárselo?" dijo, moviendo las cejas.

"Sí, puedo arreglar una entrega", dijo Zander, riendo. Elsie vio como parte de la preocupación abandonó los ojos de su compañero y él le dio una palmada en la espalda a Jace amigablemente. "Estoy pensando en hacer lo mismo cuando lleve mi Lady E a casa. No me importa lo que suceda entre ahora y entonces, quiero que le compres a tu hermosa pareja algunas flores y pases un buen rato con ella, se lo merece. Y no digo lo suficiente, pero gracias por cuidar tan bien de Elsie. Te veremos en casa más tarde".

Con eso, Jace asintió con la cabeza y se giró, dejando la habitación, su larga trenza negra le bajaba por la espalda. Tan pronto como la puerta se cerró, Zander rodeó su cintura con los brazos, besando el cuello de Elsie y mordisqueando su oreja.

Elsie gimió, profundizando el beso y murmuró: "Pensé que nunca se iría".

"¿Quieres un rapidito antes de que conduzcamos a casa?" Zander susurró contra su boca mientras su mano vagaba por su vientre redondo, haciendo que sus colmillos descendieran en respuesta. Sabía que su necesidad de sangre se había triplicado con su embarazo y la mera sugerencia de sexo encendía su hambre.

“Por supuesto, pero luego helado. Estoy deseando un helado de chocolate", jadeó mientras Zander levantaba su falda larga. La excitación, caliente y rápida recorrió sus venas cuando su mano encontró un propósito, empujando las bragas a un lado y ahondando profundamente en su coño dolorido. Los brillantes ojos azules reflejaron sus piscinas de deseo.

"Un ghra, tengo tu helado de chocolate aquí", gruñó, usando su mano libre para abrir su bragueta y bajar sus pantalones mientras continuaba el asalto entre sus piernas. Su cuerpo estaba más que preparado y se entregó al momento, a su vampiro.

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* * *

Zander tomó la mano de Elsie y la llevó fuera de la habitación del hospital. Hinchó el pecho, casi gritando a todos los que estaban al alcance del oído que acababa de tener a su pareja rápida y furiosa en la cama de la habitación treinta y tres. ¿Qué tenía el sexo en público que lo excitaba? Podrían haber estado a puerta cerrada, pero la idea de que alguien pudiera haber entrado era excitante como el infierno para ellos.

Su compañera embarazada estaba más sexy que nunca mientras sus ojos azul claro brillaban de alegría. Pechos más llenos, caderas redondeadas de las que no podía quitar las manos de encima y una libido vertiginosa eran una combinación perfecta. Su olor a madreselva también se había magnificado, tentando sus fosas nasales cada segundo del día. Era un huracán hormonal, que buscaba placer a todas horas, y Zander estaba más que feliz de complacerla.

“Siguiente parada, la cafetería del hospital, mi amor. ¿Qué era otra vez, helado de chocolate? bromeó, mirando y guiñando un ojo.

Ella le dio una palmada en el hombro. "Para. Siento que todos los ojos están puestos en nosotros y todos saben lo que acabamos de hacer”, comentó, sonrojándose hasta las raíces. No creía que pudiera amarla más, pero cada día descubría una nueva profundidad en su devoción.

“No me importa quién sepa. De hecho, puedo comprar esa habitación para nuestro uso personal cuando estemos en la zona. Después de lo que acabamos de hacer allí, no estoy seguro de que nadie más la quiera. Pondré un letrero en la puerta que diga 'No Molestar, Big Z está haciendo el amor con su Lady E', bromeó.

Ella le puso los ojos en blanco, pero él sabía que amaba la atención. No compraría la habitación, pero ciertamente haría que le hicieran el letrero y se lo daría a ella como regalo. Quizás para colgarlo en la puerta de la cocina ya que era una de sus habitaciones favoritas para enamorarse.

Por suerte, la cafetería del hospital estaba abierta las veinticuatro horas. Se estaba haciendo tarde y su pareja era conocida por sus antojos de medianoche. Caminaron hasta el mostrador y ella pidió una bola doble de helado de chocolate. Pagando al asistente, caminaron de la mano hacia su camioneta.

Era una noche fría de invierno, pero a Elsie no pareció importarle mientras caminaba lamiendo el cono en su mano. Otro efecto secundario de su embarazo era que se había convertido en un calentador instantáneo, enfriándose constantemente con cualquier ventilador improvisado que pudiera encontrar. Esa noche, la golosina fría parecía estar haciendo el truco mientras la veía devorarla.

Cuando llegaron a su vehículo más nuevo, no pudo evitar recordar el día en que se enteró de que Elsie estaba embarazada. Inmediatamente investigando cuál era el vehículo mejor calificado en cuanto a seguridad, compró un Mercedes-Benz GL a través de Internet. Elsie había protestado, diciendo que amaba su auto deportivo, pero a él no le importaba, no era tema de discusión.

Zander sabía que tenía un apego al Jaguar porque él se lo había dado, pero se trataba de seguridad y él no se doblegaría. Él haría todo lo necesario para protegerla a ella y a su bebé. Al final, ella cedió, aceptando que necesitaban algo más práctico.

Él le abrió la puerta y ella se deslizó en el asiento, aunque no con gracia, debido a su vientre protuberante. Él se acercó y la abrochó, besando ligeramente su mejilla mientras ella terminaba el helado. A menos de dos minutos del viaje a casa, se inclinó, las pestañas revolotearon a un millón de millas por segundo y susurró sugestivamente: "¿Sabes lo que realmente quiero ahora?" Inmediatamente se endureció, más que listo para detener el auto y saltar al asiento trasero. "Carne seca", arrulló, cerrando la puerta de su fantasía erótica.

No puedes hablar en serio. No puedo creer que disfrutes esa asquerosa carne seca. ¿Qué voy a hacer contigo? se encogió, sacando la lengua juguetonamente.

"Sí, pero si me cuidas ahora, yo te cuidaré cuando lleguemos a casa", le guiñó un ojo, coqueteando descaradamente con él.

“Och, no puedo negarme cuando me miras con esos ojos azules”, confesó.

Ella sonrió triunfalmente y en la siguiente salida, entró en una tienda de conveniencia. Estaba oscuro como boca de lobo y el estacionamiento estaba vacío. Había dos surtidores de gasolina vacíos encendidos por una pequeña luz del techo que parpadeaba advirtiendo de su inevitable desaparición. Si no hubiera habido un letrero que indicara que el paso estaba abierto, habría asumido que el establecimiento estaba abandonado. Las ventanas en la parte delantera de la tienda estaban teñidas de negro y no podía ver nada dentro, incluso con su visión mejorada.

Aprovechando sus sentidos sobrenaturales, escaneó el área y determinó en una fracción de segundo que no había peligro inmediato cerca de la tienda. Al salir del vehículo, se volvió hacia Elsie antes de cerrar la puerta. “Ciérrela. No veo ninguna amenaza, pero este lugar no me parece seguro. Vuelvo enseguida”, dijo con una sonrisa antes de caminar hacia la tienda.

Tiró de la puerta de cristal y entró. Los ojos de Zander escanearon el interior cuando una voz hizo eco: "Buenas noches". No había otra alma en el lugar excepto una humana mayor de cabello gris que instantáneamente apareció detrás del mostrador. Sus gafas brillaban bajo la tenue luz fluorescente y le sonrió cálidamente. Se dio cuenta de que sus brazos estaban cargados con inventario, probablemente reponiendo productos debajo del mostrador, supuso.

"Estoy aquí, solo grita si necesitas ayuda", explicó, confirmando sus sospechas.

"Gracias, sólo necesito un poco de carne seca", respondió.

“Segundo pasillo, a mitad de camino”, cantó mientras se agachaba por debajo del nivel de los ojos. Zander se dirigió a la cecina y luego se detuvo abruptamente. ¿Cuántos tipos de cecina había? Al menos dos docenas, según los distintos paquetes en el estante. Con pimienta, dulce y picante, teriyaki, chipotle, cecina de pavo, jalapeño y varias otras. Cómo y por qué alguien en su sano juicio se permitiría esa mierda, Zander no lo sabía. Indeciso, agarró dos de cada tipo y regresó al frente de la tienda.

"Vaya, a alguien le gusta la cecina", dijo la anciana mientras se acercaba a la caja registradora. “Mi marido prepara la suya. Jura que es la mejor del estado. Incluso ganó una medalla en la feria local. Yo, no soy tan fan”, farfulló, arrojando sus artículos en una bolsa de papel después de escanearlos.

Riendo, Zander sacó algo de dinero en efectivo de su bolsillo y respondió: "Estoy de acuerdo en eso. No me importan las cosas, pero mi pareja está embarazada y la anhela, así que aquí estoy".

"Awww, ¿no eres un amor? Mi esposo nunca me atendió, que en Dios descanse su alma, pero recuerdo esos días. No pude tener suficiente de hamburguesas con queso y jugo de toronja rojo rubí. Imagínate” dijo ella, encogiéndose de hombros. "¿De dónde eres? Ese acento es muy interesante", dijo, tomando el dinero de Zander y entregándole el cambio.

Zander encontró a la mujer encantadora y no pudo evitar sonreírle. "Es escocés. Gracias por los bocadillos y que tengas una buena noche”.

"Igualmente. Cuida a esa dama tuya. Mis mejores deseos para el pequeño".

Zander asintió con la cabeza y empujó la puerta, saliendo de la tienda. Caminó hasta el coche y se quedó helado. Elsie no estaba allí. El auto estaba vacío. Sin preocuparse de que la empleada pudiera estar mirando, usó toda su velocidad y se dirigió al auto, abriendo la puerta de un tirón y escaneando el interior en busca de alguna pista de lo que había sucedido.

"Mierda", maldijo, dejando caer la bolsa de la compra en el asiento cuando notó que su bolso todavía estaba en el suelo. ¿Dónde diablos podría haber ido? Preguntó en silencio mientras escaneaba el estacionamiento e inhalaba, tratando de captar el rastro de su olor a madreselva. Un penetrante olor a pescado muerto impregnaba el área, confundiendo sus sentidos.

Cerrando la puerta, corrió por el costado del edificio y fue entonces cuando la vio, rodeada de unas veinte criaturas. Ninguna que él reconociera o hubiera visto antes, pero aparentemente, había una nueva raza en el reino.

No eran muy grandes, solo medían un metro y medio de altura, pero el mal se filtraba por sus poros como alquitrán y cuando se acercó detectó azufre, el olor ligeramente sulfúrico y rancio que denotaba a la mayoría de los demonios, así como el nauseabundo hedor de los pescados muertos.

Su piel de color verde oscuro era escamosa y gruesa, acentuada con grandes púas que recorrían sus espaldas y largas colas. Le recordaban a Zander a las lagartijas grandes, excepto que las patas traseras eran más largas, lo que les permitía ponerse de pie. Sus hocicos alargados se abrían en dientes afilados que eran tan largos como cuchillos.

Sus colmillos descendieron al verlo cuando se dio cuenta de que no tenía idea de qué poderes poseían o cómo matarlos. La compulsión de aniquilar a estas criaturas rugió a través de su sangre. ¿Cómo se atrevían a acercarse a su pareja?

El impulso de desgarrarlos miembro a miembro casi lo hizo saltar a la acción. Solo la necesidad de asegurarse de que su pareja estuviera ilesa lo mantuvo en su lugar. Al enviar una oración silenciosa de agradecimiento a la Diosa por no estar herida, notó que Elsie estaba agarrando algo en su palma y parecía que el objeto estaba proporcionando un campo de fuerza alrededor de su cuerpo. Los demonios luchaban por llegar a ella, pero no podían romper la barrera que la rodeaba. Cuando sus ojos se cruzaron con los de su pareja, sintió su tensión, miedo e ira a través de su vínculo de apareamiento.

Entre un latido y el siguiente, Zander intentó algo que nunca había hecho antes, pero no tuvo tiempo de detenerse y pensar si funcionaría. Abrió sus canales telepáticos a todos los Guerreros Oscuros a la vez. “Cierren y carguen, hijos de puta, y lleven sus traseros a la gasolinera en la esquina de la 12 y Cherry, como ayer. Elsie está en problemas".

Sacudiéndose de la oleada de fatiga que le costó el gasto, gritó, con la esperanza de distraer a los cabrones de su compañera mientras cargaba contra ellos. "¡Oigan, idiotas, vamos a bailar!"

Sacando dos puñales sgian dubh de sus botas, corrió a la refriega. Media docena se apresuró a atacar y cargaron en su dirección. Los dos primeros en alcanzarlo recibieron una cuchillada en el pecho y cayeron al pavimento, mientras que los cuatro restantes lo taclearon, inmovilizándolo contra el suelo.

"No estamos aquí para ti, Rey Vampiro. Se trata del bebé. Tenemos nuestras órdenes y la Reina viene con nosotros”, repitió uno de los machos. Su voz era ronca y espesa, lo que hacía difícil entender las palabras alrededor de la saliva que goteaba de su hocico.

“No lo creo, cara de mierda. Morirás antes de tocar un cabello de su cabeza,” gruñó, mostrando los colmillos.

Una mirada rápida a través de la multitud de piel verde y escamosa y vio que Elsie estaba gritando y golpeando la pared invisible que la protegía. No podía imaginarse si ella había conjurado el bloqueo o si había venido de algún otro lugar, pero no le importaba. Ella estaba a salvo y fuera de peligro por el momento.

Usando su vínculo para conectarse, Elsie le preguntó si estaba bien. Asegurándole rápidamente que él no estaba herido y que la ayuda estaba en camino, le ordenó que se sentara con fuerza, y agregó que la pondría sobre sus rodillas si se arriesgaba a sí misma o al bebé. Cuando ella comenzó a llamarlo Sr. Mandón, él la excluyó. Maldita mujer, estaba un poco ocupado tratando de mantenerse con vida, pensó, mientras luchaba contra el fuerte agarre del demonio.

“Hazlo a tu manera, Zander. Estoy seguro de que Kadir estará bien con tu cabeza como recuerdo", respondió otra bestia, moviendo las mandíbulas hacia su cara.

Zander soltó una mano de un tirón, levantó el brazo y cortó su espada a través de la carne escamosa mientras avanzaba. Inclinándose hacia adelante, Zander puso toda su considerable fuerza en el arco de su brazo, quitando la cabeza de la bestia demasiado entusiasta.

“Llévale eso a Kadir junto con un mensaje. Toca a mi compañera, o mi hija, y lo ensartaré vivo,” escupió Zander a los demonios restantes que lo sostenían en el suelo.

Zander oyó que se acercaba la caballería y, al momento siguiente, dos todoterrenos entraron en el estacionamiento y apenas se detuvieron antes de que Kyran, Bhric, Breslin, Gerrick y Mack salieran disparados de los vehículos con las espadas desenvainadas. Fuego y hielo volaron a través del estacionamiento, chamuscando y congelando demonios simultáneamente.

"Necesitas ayuda, mocoso", preguntó Bhric, extendiendo la palma de su mano izquierda mientras la derecha sostenía una espada. El hielo salió disparado de su palma y golpeó a uno de los demonios a su izquierda.

“¡Sí, ya era tiempo! Ve a proteger a Elsie y al bebé. Es a ella a quien buscan", instruyó Zander a su hermano mientras se libraba fácilmente de los dos demonios restantes y se ponía de pie.

"¡Estás loco, hijo de puta!" Bhric gruñó mientras corría hacia el demonio que intentaba deslizarse detrás de Elsie y encontrar una manera de alcanzarla.

El resto se había enfrentado a los otros demonios y luchaban rápida y cruelmente. Zander cortó y desmenuzó la carne escamosa, incapacitando a los dos últimos frente a él. Un pisotón final de su pateador de mierda y la cabeza del último demonio se desprendió. Jadeando, Zander levantó la cabeza y la dejó caer exhausto. La batalla pudo haber sido una victoria, señaló, mientras estaban solos en el estacionamiento, pero la vista de sangre negra y cuerpos le dijo que esto estaba lejos de terminar.

Mientras miraba a sus hermanos y amigos, no pudo evitar admitir que los Guerreros Oscuros eran una fuerza a tener en cuenta. Una cosa estaba muy clara. Nadie se metía con su Reina. El orgullo se hinchó en su pecho. Estos guerreros eran su familia y no podría haber pedido algo mejor a su espalda. Habían tenido sus altibajos a lo largo de los siglos, pero sus vidas cambiaron para mejor cuando la Diosa reanudó los apareamientos.

Mack, la compañera de Kyran, fue la primera en proclamar la victoria, gritando: "¿Viste eso, chupasangre? Tengo tres más que tú. Debes estar envejeciendo, o algo así” se jactó, saltando sobre la espalda de Kyran y besando su cuello.

"Y, como recompensa, te ataré a nuestra cama y causaré estragos en tu cuerpo toda la noche", prometió Kyran.

Conociendo la inclinación de Kyran por la desviación, eso era demasiada información para Zander e ignoró sus bromas, corrió al lado de Elsie mientras apreciaba en silencio lo lejos que había llegado su hermano del hombre cubierto de sangre parado sobre el cadáver de una prostituta. Zander nunca olvidaría la noche en que Kyran mató a la mujer y lo destrozado que había estado hasta que encontró a Mack.

“Un ghra, ¿estás bien? ¿Qué pasó?" Preguntó Zander, envolviendo sus brazos alrededor de ella.

"No lo sé. Un minuto estaba disfrutando de la música en la radio, y al siguiente, me sacaron del auto. Me tomaron completamente desprevenida y juro que cerré la puerta con llave como me dijiste", prometió, mirándolo a los ojos, "pero Zander, algo anda mal con la bebé. Lo siento”, murmuró segundos antes de que un líquido transparente cayera al suelo.

"¿Qué fue eso?" Preguntó Zander, con los ojos muy abiertos por la sorpresa.

“Estoy bastante segura de que se me rompió la fuente. La bebé está por llegar”, pronunció, sacudiendo la cabeza con incredulidad.

Zander levantó a Elsie en brazos, acunándola en sus brazos mientras se dirigía rápidamente a su coche. "Bhric, llama a Jace y dile que hay una emergencia con Elsie y que nos encuentre en Zeum, ¡ahora!" gritó, colocándola en el vehículo.

"Estoy en ello. Estamos justo detrás de ti, mocoso. No pasa nada, todo irá bien” le aseguró Bhric, pero Zander apenas si oyó una palabra.

Su mente estaba consumida por la preocupación por su bebé. Obviamente, el estrés del ataque había hecho mella en su pareja. Era demasiado pronto para que llegara Isobel y estas complicaciones podrían ser fatales para Elsie. Acelerando por el camino, Zander le suplicó a la Diosa que los cuidara a ambos. No sabía qué haría si algo le pasara a Elsie o a su hija.




Capitulo Dos


Gimiendo cuando una contracción sacudió su cuerpo, Elsie no supo qué era más aterrador, el miedo de que algo le pasara a la bebé o la conducción imprudente de Zander. Apretó los ojos contra el paso de otro semáforo y decidió que definitivamente era Zander el que conducía. Una mano se aferró a su estómago mientras que la otra se aferró al asa de mano para seguridad de los pasajeros. Podía escuchar a los otros dos vehículos siguiéndolos. Fue un caos cuando se desviaron alrededor de los vehículos que se aproximaban haciendo sonar sus bocinas. Afortunadamente, se estaban acercando a Zeum y ella rezó para que llegaran de una pieza y que todo estuviera bien con la bebé.

De repente, otra punzada la consumió y se dobló en el asiento, incapaz de dejar de gritar de dolor.

"Aguanta, un ghra, casi estamos en casa", espetó Zander, con los ojos muy abiertos por el terror.

Ella asintió con la cabeza, apretando contra el dolor mientras se frotaba el estómago, enviando amor y fuerza a su bebé. Mirando hacia su vientre redondo, el azul le llamó la atención, y se dio cuenta de que todavía estaba sosteniendo su piedra de apareamiento, y de repente se dio cuenta… la piedra tenía que ser lo que había creado la burbuja de protección a su alrededor en la tienda de conveniencia.

Desde que quedó embarazada, era costumbre llevar la piedra consigo en todo momento. La Diosa le había dicho que su piedra de apareamiento protegería su útero, y Elsie había aprendido lo suficiente desde que se unió al Reino Tehrex para no tomar ese tipo de mensajes a la ligera. Durante los últimos meses, se había encontrado a sí misma sosteniéndola y frotándola constantemente cada vez que estaba lejos de Zeum. Su poder la consoló, así que cuando los demonios la sacaron del vehículo, ella inmediatamente la sacó de su bolsillo.

Rodeada de las criaturas, comenzó a rezar a la Diosa por la seguridad de la bebé y fue entonces cuando apareció el campo de fuerza. El significado del poder detrás de la piedra en su mano se sumergió en ella. El alcance de la Diosa era ilimitado y podía actuar a través de su piedra de apareamiento para salvarla a ella y a la bebé.

¡Elsie, respóndeme! ¿Estás bien?" Zander gritó, sorprendiéndola.

"Eh, oh sí, lo siento. Sí, estoy mejor. La contracción pasó”, respondió, mirando a Zander. Ella pudo ver la preocupación en su rostro y se acercó y alisó las arrugas entre sus cejas. Él iba a ser un padre extraordinario y ella estaba ansiosa por ver a su hija acurrucada en sus fuertes brazos.

Este vampiro grande y fuerte moriría luchando por proteger a su familia. Demonios, Elsie haría lo mismo. Un dolor agudo atravesó su abdomen, robándole la concentración. Este era diferente, lo que provocó que la preocupación se abriera camino en su mente. Había escuchado historias sobre madres y niños que murieron durante el parto. No quería morir, no cuando acababa de comenzar una nueva vida.

Más importante aún, su hija tenía que estar bien, no había otra opción. Sus premoniciones podían haber tomado unas vacaciones durante su embarazo, pero sabía en su alma que Isobel era vital para el reino.

El vehículo patinó fuera de la calle cuando entraron en el largo camino de la entrada que conducía a Zeum. Elsie exhaló un suspiro de alivio cuando las puertas de hierro se abrieron al llegar a ellas. No había ninguna duda en su mente de que Zander pasaría por encima de la puerta en su apuro por llevarla con Jace.

Zander se dirigió a toda velocidad a la casa, frenó y aparcó de golpe. Antes de que Elsie pudiera alcanzar la manija de la puerta, Zander estaba a su lado, sacándola del auto y corriendo hacia la casa.

Mirando por encima de su hombro mientras la cargaba, vio como los otros dos vehículos se detenían detrás de ellos con el coche de Jace en la cola. Los Guerreros Oscuros saltaron y los siguieron hasta la casa. Nate estaba de pie en la puerta abierta con Cailyn a su lado.

"Jace, ¿a dónde debería llevarla?" Zander rugió, sin detener sus movimientos apresurados.

Zander estaba tan molesto y preocupado como nunca lo había visto. Elsie no estaba consciente cuando la encontró a las puertas de la muerte todos esos meses atrás en la cueva donde Lena la había torturado y casi matado, pero le habían dicho que estaba inconsolable. Colocando su mano sobre su pecho, trató de calmarlo.

“A la sala médica de abajo. Todo está configurado y listo para comenzar", respondió Jace, abrazando rápidamente a Cailyn antes de agregar: "Estoy justo detrás de ti, Lieja".

Zander bajó las escaleras con fuerza y el movimiento le provocó otra ronda de dolor. Elsie pensó que podría desmayarse porque se sintió mareada y preocupada al mismo tiempo. Zander usó su pie para abrir la puerta de una patada y la llevó a la cama de espera. El dolor remitió cuando la acostó y ella descubrió que podía pensar con más claridad.

Mirando alrededor de la habitación, Elsie apenas reconoció el espacio donde trataban las heridas que sufrían los guerreros. Jace no estaba bromeando cuando dijo que todo estaba preparado para ella. Por lo general, había varias camas gemelas alineadas contra cada pared para acomodar a numerosos guerreros a la vez, pero ahora estaba despejada de todas las camas excepto una, con estribos al pie de la misma. Una pequeña incubadora se encontraba a un lado junto con varias mesas alineadas con varios implementos. Enormes luces salieron del techo y brillaron en más máquinas de las que había visto en su vida.

Jace entró a la habitación seguido por su hermana quien cerró la puerta detrás de ellos. "Haz que Elsie se cambie a un vestido mientras me lavo", ordenó Jace.

"Zander, haré eso, ve a prepararte una bebida. Parece que te vendría bien una” sugirió Cailyn.

Su hermana le apretó la mano y los ojos de Elsie se llenaron de lágrimas. Esperaba que Cailyn y Jace quedaran embarazadas pronto. Su hermana era una madre natural y había asumido ese papel después de que sus padres murieran en un accidente automovilístico cuando eran adolescentes. De hecho, desde que Elsie podía recordar, Cailyn siempre había sido más como una segunda madre que como una hermana y Elsie estaba agradecida de estar a su lado ahora.

"Sí, probablemente tengas razón". Se inclinó y besó a Elsie en los labios antes de caminar hacia el pequeño bar de la habitación.

Elsie observó cómo Zander vertía líquido dorado en el borde de un vaso y lo bebía de un largo trago. Era extraño que una sala médica estuviera equipada con un bar, pensó Elsie. Dado el caos que reinaba en la habitación, tenía sentido. Y, tras una reflexión más profunda, la mayoría de las veces, los guerreros optaron por una inyección de alcohol en lugar de analgésicos.

Quien haya tenido la idea era un genio, dado lo agotado que estaba Zander en ese momento. De hecho, estuvo a punto de preguntar si había dos botellas a mano. Era posible que tuvieran una noche muy larga y agotadora.

Cailyn agarró un vestido mientras Elsie se desnudaba rápidamente. Actuando antes de que golpeara otra contracción, se quitó la ropa, aliviada de que hubiera una mínima molestia.

"Aquí, vamos a ponerte más cómoda. Jace se ocupará de ti e Isobel” dijo su hermana en un tono tranquilizador mientras la ayudaba a ponerse la tela de algodón.

"Gracias. Estoy tan contenta de que estés aquí para esto. Tiene que estar bien, Cailyn” susurró Elsie cuando una lágrima se formó en el rabillo del ojo. Quería ser fuerte y valiente, pero sabía que su hermana se haría cargo de su preocupación, así que ni siquiera trató de ocultar lo que estaba pensando. Además, Cailyn tenía la capacidad de leer pensamientos y no dudaría en llegar a la raíz del problema.

"Escúchame. Estás bien y la bebé también estará bien. Díselo, Jace,” declaró Cailyn.

"Vamos a conectarlas a los monitores y ver qué está pasando", ofreció Jace. Elsie no se perdió el hecho de que él no hizo ninguna promesa, y eso hizo que su corazón se acelerara.

Jace fue rápido y eficiente cuando insertó una vía intravenosa y comenzó a infundir líquidos para mantenerla hidratada. Después de controlar su pulso y presión arterial, Jace se puso un par de guantes de látex. “Elsie, recuéstate con los pies en los estribos. Necesito hacer un examen cervical,” instruyó Jace, haciendo contacto visual con Zander cuando se erizó ante la declaración.

Habían tenido varias conversaciones con Zander sobre la necesidad de Jace de hacerle exámenes pélvicos durante el parto. Las parejas eran muy posesivas y los machos en particular no tomaban a la ligera que otro macho viera el cuerpo desnudo de su pareja. De hecho, Jace había renunciado a realizar cualquier tipo de examen cervical durante el embarazo para evitar enfrentamientos con Zander. Le aseguró a Elsie que entre los ultrasonidos y Cailyn hablando con la bebé, estaba seguro de que su hija se estaba desarrollando perfectamente.

Tumbada, Elsie puso los pies en los estribos cuando Zander se acercó a ella. En el momento en que él le tomó la mano, ella supo que no iba a hacer de esto un problema. Y, señaló, el alcohol debe haber sido el responsable porque él no estaba tan tenso como antes. Tomando algunas respiraciones profundas para calmar sus nervios, se concentró en el hecho de que Jace estaba allí para encargarse de todo. Él tenía la capacidad de curar la mayoría de las enfermedades y lesiones con las manos, pero ella necesitaba saber que la bebé estaba bien.

Después de un examen rápido, Jace sonrió cálidamente, "La buena noticia es que ya tienes siete centímetros de dilatación y el trabajo de parto parece progresar con normalidad. Parece que este parto será tan rápido como el embarazo. La mala noticia es que es demasiado tarde para ofrecerte analgésicos. ¿Vas a estar de acuerdo con eso?"

“Sí, quiero que este sea un parto natural. Solo dime que nuestra pequeña está bien”, suplicó Elsie. Zander apartó mechones sueltos de cabello de su frente sudorosa y le apretó la mano.

“Elsie, creo que todo está bien. La bebé está en la posición correcta, su frecuencia cardíaca es normal y no parece estar bajo ningún tipo de estrés. Ahora mismo necesito que hagas tu parte y yo haré la mía, ¿trato? Preguntó Jace, dándole una palmada en el pie.

Su respuesta fue interrumpida por otra contracción y Elsie gritó, agarrando la mano de Zander con todas sus fuerzas. La duración y la fuerza de este la hicieron desear haber podido tener ese medicamento para el dolor, después de todo. Ninguno había sido tan intenso hasta ese momento. Una vez que pasó la contracción, Jace miró hacia abajo y dijo que estaba haciendo otro examen pélvico.

"Sé que no era agradable, pero funcionaba, Elsie. Estás completamente dilatada. Es la hora. En la próxima contracción necesito que empieces a pujar —ordenó Jace.

Elsie había leído todo sobre el parto, preparándose para este momento. Era milagroso y nada parecido a lo que ella había experimentado. Había escuchado todas las historias de mujeres que soportaban treinta horas de trabajo de parto solo para que les dijeran que necesitarían una cesárea. No habían pasado ni dos horas desde que rompió fuente y la bebé estaba lista para nacer.

Cuando sus músculos comenzaron a contraerse alrededor de su abdomen, levantó su cuerpo de la cama, permitiendo que Zander apoyara su espalda. Respiró profundo, bajó la presión y empujó, aguantando mientras contaba hasta diez como le había dicho Jace. Mierda, si esos no fueron los diez segundos más largos de su vida.

La contracción finalmente pasó y sintió la tensión desde su rostro acalorado hasta el centro de su cuerpo. Cuando su cuerpo comenzó a temblar, soltó el aliento y se recostó en la cama, jadeando. El sudor brotaba de cada poro de su piel y Cailyn le ofreció un trapo a Zander. Le pasó el paño frío por la cara y el cuello mientras la miraba a los ojos, enviando amor y fuerza a través de su vínculo.

"Elsie, lo estás haciendo genial. Veo la cabeza. Si puedes pujar de nuevo, creo que está lista para salir", dijo Jace, llamando su atención. Sus manos fueron a sus muslos, separando sus piernas.

Ella solo pudo asentir en comprensión. Zander la ayudó a sentarse y ella repitió el proceso. Una vez más, la presión se sintió como si sus entrañas fueran arrancadas de su cuerpo. El dolor estalló mientras mordía y empujaba.

“Mierda, recuérdame la próxima vez que ataque la escaramuza enviar a Elsie tras ellos. Mi compañera tiene un agarre en mi mano que haría saltar una cabeza de sus hombros", relató Zander con una expresión burlona de agonía en su rostro. Elsie le sonrió a su vampiro que a veces era tan idiota; pero se las había arreglado para distraerla brevemente, y por eso, estaba agradecida.

"Sí, recuerda eso la próxima vez que te pongas como un hombre de las cavernas conmigo", le guiñó un ojo, apretando su mano con más fuerza para puntualizar su punto.

Varios episodios más de pujar y Elsie se agotó. Quería tomar una siesta y reanudar esto más tarde. No le quedaba nada para dar. Rezando a la Diosa para que le diera la fuerza suficiente para una ronda más, se sentó hacia adelante cuando Jace le indicó que pujara de nuevo. Esta vez, la presión alivió el dolor y pujó aún más fuerte.

"Eso es Elsie, sigue pujando. Ya casi está aquí", animó Jace. En un último esfuerzo desesperado, una explosión de fuerza atacó y Elsie pujó y pujó hasta que el sonido de un llanto llenó la habitación. Colapsando contra Zander, Elsie casi sollozó ante el sonido. Los gritos de Isobel eran música para sus oídos.

Jace levantó a Isobel en su línea de visión y colocó a la bebé en sus brazos. Ella era la bebé más hermosa jamás creada y las lágrimas brotaron mientras miraba sus grandes ojos azules.

"¿Por qué hay tanta sangre?" Zander ladró, su gran palma agarrando su hombro.

Elsie parpadeó pesadamente, mirando a su pareja. Sus ojos se negaron a permanecer abiertos y se cerraron. La fatiga abrumaba sus extremidades. Iba a descansar un rato.

“Un ghra, quédate conmigo. Abre tus ojos. Jace, ¿qué diablos está pasando? El pánico en la voz de Zander la hizo querer tranquilizarlo, pero su cuerpo no respondió.

"Está sufriendo una hemorragia", respondió Jace y Elsie sintió que Zander sostenía a la bebé en su pecho mientras unas manos cálidas presionaban su parte inferior del cuerpo. “Elsie, quédate con nosotros. Te estoy curando ahora mismo. Abre los ojos".

Un calor familiar envolvió su abdomen y la energía se filtró por su cuerpo. Recordó la vez que Jace había curado sus heridas después de su ataque de escaramuza. Eso parecía haber pasado tanto tiempo y su vida había cambiado mucho desde entonces. Sus ojos se abrieron y segundos después, estaba mirando a los ojos azul zafiro.

"Ahí estás", murmuró Jace, desviando su atención de Zander. "Voy a terminar de curarte. Después de eso, todo lo que necesitas es descansar para sentirse como nueva".

Zander se inclinó y ella de repente se dio cuenta de que él tenía un puño de su cabello con un agarre mortal. "Nunca me vuelvas a hacer eso", la amonestó antes de besar sus labios.

Asintiendo contra su boca, le devolvió el beso antes de volverse hacia el pequeño bulto en sus brazos. La felicidad inundó su sistema mientras se maravillaba ante el ser perfecto ante ella. "Lo hicimos", exclamó.

"Sí, lo hicimos", asintió Zander, acariciando con un dedo la espalda de Isobel. "Ella es hermosa como su mamai".

“Ustedes dos hacen bebés hermosos. Ni siquiera parece una anciana arrugada", bromeó Cailyn mientras se acercaba con una toalla para limpiar a Isobel.

Tan pronto como su hermana pasó la toalla sobre la cabeza de la bebé, Elsie pudo ver que Isobel tenía una cabeza llena de cabello negro azabache que se erguía alrededor de su rostro en forma de corazón. Su pequeña nariz y su boca redondeada eran nada menos que la perfección. Diez dedos de las manos y diez de los pies, contó Elsie. Tan frágil y vulnerable.

Isobel. Elsie había elegido el nombre por su significado, la Diosa es mi juramento. Ella miró con asombro a la niña en sus brazos y envió un agradecimiento especial a la Diosa por bendecirla con tal regalo. Uno que amaría, protegería y apreciaría por el resto de su larga vida.

"Aparte del color de su cabello, se ve igual que tú cuando naciste", murmuró su hermana mientras se sentaba a su lado en la cama. Elsie se acercó y tomó la mano de Cailyn, notando lágrimas en sus ojos también. Habían hablado desde que eran colegialas sobre el día en que tendrían hijos que crecerían juntos como mejores amigos. No pudo evitar fantasear con que Cailyn se uniría a ella en las filas de la maternidad para poder disfrutar de esta experiencia juntas.

Zander se inclinó y arrulló: “Hola, mi hermosa Isobel. Bienvenida al mundo." Su pareja sonreía de oreja a oreja y nunca lo había visto tan orgulloso. Afortunadamente, su pánico de momentos antes había sido borrado.

Apartó la suave manta a un lado para apreciar plenamente al pequeño ser en sus brazos. La piel de Isobel era del más pálido de los rosas, luminiscente con un brillo saludable. Sus ojos azul zafiro parpadearon rápidamente, absorbiendo todo a la vista como una esponja. Elsie le dio la vuelta, memorizando cada centímetro de su cuerpo perfecto. De repente, sus ojos se engancharon en una marca en la base del cuello de Isobel.

La marca de nacimiento era pequeña, no más grande que un cuarto y perfectamente redonda. Era unos tonos más oscuro que su tono de piel con un centro rojo. "Zander, ¿ves lo que estoy viendo? ¿Qué significa esto?" jadeó, mirando a su compañero.

"Por el amor de la Diosa, lo veo", respiró, la conmoción clara en su voz. "No sé lo que significa..." se interrumpió, pasando una mano por su cabello.

La marca en la piel de Isobel era una imagen exacta del amuleto de Triskele, incluido cada símbolo celta intrincado que rodeaba un centro rojo. El amuleto había sido robado por el archidemonio y llevado al infierno con la esperanza de liberar a Lucifer. Rhys, el único Guerrero Oscuro en Zeum con sangre de demonio, y había ido al infierno para recuperar el medallón, pero cuando tocó su palma, había desaparecido.

Nadie lo había visto desde entonces y, como consecuencia, Zander había perdido la capacidad de comunicarse con la Diosa. Ahora su hija nació con la marca. La alegría y el terror consumieron a Elsie junto con su alegría y entusiasmo por el nacimiento de Isobel.

Un fuerte golpe llamó la atención de Elsie. La cabeza de Breslin apareció alrededor de la puerta, "Umm, ¡nos estamos muriendo aquí en el pasillo! ¿Podemos entrar y encontrarnos con la pequeña? La oímos llorar”, dijo, claramente a punto de estallar de emoción. Todo el complejo había estado rebosante de energía y anticipación desde que Elsie anunció su embarazo y solo había empeorado con el tiempo.

“Por supuesto, no queríamos hacerte esperar. Pasa, por favor —respondió Elsie, envolviendo a Isobel con la manta y ajustando su peso mientras se apoyaba contra las almohadas.

Toda la casa irrumpió por la puerta, con sonrisas radiantes en sus rostros. Breslin lideraba la manada, luego Shae, Mack e Illianna siguieron su ejemplo. Illianna era la compañera más nueva de su grupo y, aunque Elsie no había pasado mucho tiempo con ella, la presencia angelical era un consuelo tranquilizador. Sus alas doradas brillaron bajo las luces, e instantáneamente, Elsie sintió su calidez y alegría irradiar por toda la habitación. Ella sonrió, de acuerdo de todo corazón con la elección de la Diosa por la pareja de Rhys.

Una cosa era segura. Los machos de la casa no tenían ninguna posibilidad de luchar para llegar al lado de Elsie. Las hembras luchaban por ver al primer bebé que se uniera a su familia. Afortunadamente, los hombres fueron lo suficientemente inteligentes como para hacerse a un lado y esperar pacientemente su turno.

Zander intervino en ese momento, "Mi nighean no será maltratada por docenas de mujeres portadoras de gérmenes", ladró, tomando a Isobel de los brazos de Elsie, sosteniéndola protectoramente contra su pecho. El neandertal estaba imposible la mayoría de los días, pero en este caso, Elsie estaba totalmente de acuerdo. No quería pasar a Isobel por todo el grupo pocos minutos después de su llegada al mundo.

“Por supuesto, mocoso”, agregó Breslin, “solo queremos verla. Cada una tendrá tiempo para abrazarla más tarde", dijo la Princesa Vampiro mientras se paraba al lado de Zander. El rostro de Breslin se iluminó cuando puso su dedo en la mano de Isobel y Elsie vio su pequeño puño contraerse alrededor del dedo. Su hija les iba a dar una oportunidad a todos por su dinero. Isobel ya tenía a Breslin envuelta alrededor de su dedo meñique, figurativa y emocionalmente.

Gerrick, Kyran, Bhric, Rhys y Orlando tomaron posiciones alrededor de las afueras de la habitación. La sala médica no era pequeña, pero con los guerreros descomunales y sus compañeras, estaba un poco ajustada. O tal vez los instintos protectores de Elsie estaban a toda marcha ahora. Sabía que su bebé no podía estar más segura, pero era tan pequeña e indefensa que Elsie no podía evitar estar alerta.

“El, te lo tengo que dar. Lo hiciste bien. Ella es la viva imagen de ti", bromeó Orlando, acercándose para darle un fuerte abrazo de oso.

"Gracias, O. Estoy encantada de que tenga los ojos de Zander", respondió mientras le devolvía el apretón, fija en la vista de su pareja sosteniendo a su preciosa hija. Zander era un Rey poderoso y despiadado, pero al sostener a Isobel, era arrullador y gentil y Elsie no pudo evitar enamorarse más profundamente de él.

Mack se acercó, empujó a Orlando a un lado y miró por encima del hombro de Zander. "No sé ustedes, chicos, pero diría que tiene el cabello de su tía Mack", se jactó, provocando una ronda de risas en la habitación.

Tenía razón, pensó Elsie. El cabello negro de Mack se erizaba en picos por toda su cabeza, e Isobel necesitaba urgentemente un cepillo en ese momento. Cuando Mack se acercó a un lado de la cama, Elsie vio su última camiseta y sonrió. Mack era conocida por sus lemas sarcásticos y este encajaba perfectamente. Decía Mi sobrina puede patear el trasero de tu sobrina en letras en negrita sobre un top rojo ajustado.

“Ella tiene tu cabello de verdad. Espero que también herede tu actitud de no tomar mierda", exclamó Elsie, abrazando a la compañera de Kyran.

"Aw, me vas a hacer llorar", abanicó su rostro en broma e Isobel aprovechó ese momento para llorar por ella, soltando un fuerte gemido.

"Creo que alguien tiene hambre", sugirió Zander, "y necesito llevar a Elsie a nuestra habitación para que pueda alimentarla y luego descansar un poco".

En ese momento, Nate entró en la habitación, "Lamento interrumpir, pero creo que hay algo que todos ustedes necesitan ver". Elsie no estaba segura de qué estaba hablando, pero la expresión de su rostro le dijo que no eran regalos para bebés.

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* * *

Zander le entregó Isobel a Elsie y luego las tomó a las dos en sus brazos. Siguió al cambiador dragón por las escaleras hacia la entrada de la casa. Nate se detuvo frente a uno de los grandes ventanales que daban a su propiedad, indicándoles que miraran hacia afuera. La mandíbula de Zander cayó y Elsie jadeó en su oído.

"¡Qué carajo!" Zander maldijo, mirando con incredulidad.

Innumerables demonios flanqueaban la puerta de la propiedad. Zander sabía que había numerosas protecciones en su lugar y parecía mantenerlos a raya, pero cómo habían localizado a Zeum estaba más allá de él. Rápidamente escaneó el lote, buscando a Kadir, pero no vio a nadie que reconociera. Escaramuzas, perros del infierno y más criaturas lagarto como las que habían encontrado en la tienda estaban inmóviles a lo largo de la línea de propiedad. Tenía que haber al menos cincuenta, si no cien.

"¿Cómo nos encontraron?" murmuró Elsie, aferrándose a Isobel mientras observaba la escena. Todavía las sostenía a ambas en sus brazos y se inclinó, besando su mejilla, tratando de calmarla.

"No estoy seguro, pero tengo la intención de descubrirlo. Nate, ¿cuánto tiempo han estado allí? preguntó, volviéndose hacia el mayordomo.

Nate había ocupado el lugar de Angus en Zeum no hace mucho tiempo y, a través de ensayo y error (principalmente error), estaba comenzando a comprender su papel como administrador de la casa. Nunca ocuparía los grandes zapatos de Angus, pero a Zander le había llegado a gustar el cambiador dragón.

"No mucho. Estaba en la cocina cuando una presencia desconocida se deslizó por mi columna. Seguí a la fuente hasta la ventana y vi esto”, señaló hacia la ventana, “e inmediatamente bajé las escaleras para decírtelo”.

¿Quieres que los saquemos? Podemos estar listos en cinco, mocoso,” comentó Bhric, claramente ansioso por pelear. Bhric era la potencia del grupo y se enfrentaría a todo el grupo sin pensarlo dos veces, pero Zander no podía arriesgarse.

"No, no todavía. Llame a los miembros del consejo y hágales saber lo que ha sucedido. Dígales que se mantengan alejados del recinto hasta nuevo aviso. Gerrick, tú y Jace vean si pueden colocar más protecciones alrededor de Zeum que brinden la mayor cantidad de protección más allá de las puertas posible. Me llevaré a Elsie y a la bebé arriba". Ordenó Zander.

"Sí, Lieja", fue la respuesta unánime cuando los guerreros y compañeros se dispersaron.

"Me quedaré aquí para asegurarme de que no pase nada", ladró Orlando, sus ojos verdes brillando de rabia.

Zander sintió lo que todos sentían, violados y atacados. Eso envió sus instintos protectores por las nubes. Sintió su sangre hervir con la necesidad de aniquilar al enemigo. Zander sabía que Orlando cambiaría en un momento y cargaría contra cualquier intruso con exceso de confianza. Nada pasaría en el reloj del cambiador.

“Sí, mantenme informado, O”, respondió, volviéndose y subiendo las escaleras hacia sus habitaciones. Se suponía que era una ocasión feliz, el nacimiento de su primera heredera; pero en cambio, estaba cargando a su pareja e hija para esconderse dentro de los confines de su casa.

Que se jodan estos demonios. Estaba cansado de su mierda. Esto necesitaba detenerse, ahora. El problema era que, no importaba cuántos mataran, diez más ocupaban su lugar. Era un maldito ciclo sin fin.





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Elsie tiene todo lo que podría desear: emparejada con el Rey Vampiro, laborando en el trabajo de sus sueños, rodeada de familiares y amigos y esperando a su primer hijo. Su dicha se convierte rápidamente en una pesadilla de proporciones épicas cuando su hija recién nacida se convierte en el objetivo principal del nefasto archidemonio. Buscando la guía de la Diosa, Elsie y Zander descubren que la única forma de proteger a su frágil bebé es convocar a un ángel de la guarda. Cuando aparece el atractivo guardián, Elsie y Zander se enfrentan a muchos más desafíos que simplemente mantener a salvo a su hija. A medida que los sentimientos se encienden, los celos amenazan con destrozarlos y, por primera vez, el Destino puede no garantizarles una eternidad juntos.

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