Книга - Historia Del Pueblo Zaza

a
A

Historia Del Pueblo Zaza
Olivier Aymar


El pueblo zaza es uno de los primeros habitantes de Anatolia (actual Turquía) o Asia Menor y Mesopotamia. Hoy en día este pueblo autóctona es un gran olvidado de la historia. ¿Quiénes son los zazas? ¿En qué región del mundo se hallan? ¿Cuál ha sido su evolución histórica? A pesar de numerosas dificultades para reconocer su etnicidad, el pueblo zaza ha podido salvaguardar un elemento primordial que prueba su existencia: su lengua, el zazaki. Analizando las civilizaciones antiguas de la región, aparecen similitudes entre los zazas y los sumerios, los hattis/hititas, los luvitas y los hurritas.







Olivier Aymar



Historia del pueblo

zaza

(desde los orígenes

hasta nuestros días)



Ensayo histórico



Traducido del francés por Xavier Méndez



© Oaristys Édition 2020



El Código de la Propiedad Intelectual prohíbe la copia o reproducción destinada a un uso colectivo. Toda representación o reproducción integral o parcial hecha para cualquier propósito, sin el consentimiento del autor, o de sus derechohabientes o causahabientes, es ilícita y constituye una falsificación, según los términos legales L.335-2 y siguientes del Código de la Propiedad Intelectual.

Todos los derechos reservados.

Título original: Histoire du peuple zaza (de l’origine à nos jours)

Traducción de Xavier Méndez



www.oaristysedition.fr





La tierra de los zazas




Prólogo


En mis investigaciones sobre el pueblo zaza me he encontrado con que muchos de los que han escrito sobre la historia del Oriente Medio, y de los que hicieron hallazgos arqueológicos en esa región y en la de Anatolia y Mesopotamia, cometieron muchos errores no intencionados. Muchos de esos investigadores, arqueólogos, escritores y viajeros ignoraban la existencia del pueblo zaza, su historia y sobre todo su lengua. Por eso atribuyeron aquellos descubrimientos sobre el pueblo zaza a otros grupos étnicos de la región, en este caso los kurdos. Algunas explicaciones de ello:





1 A partir de 1514, para eliminar a los últimos supervivientes del Imperio Sasánida (nombre dado por los griegos y los romanos), las autoridades otomanas crearon deliberadamente una región llamada Kurdistán que englobaba el conjunto de las zonas pobladas por los zazas e instalaron allí a los kurdos, llegados en oleadas migratorias después de las invasiones árabes en 639 desde el sur del lago Urmía (en el actual Irán).

2 Las autoridades otomanas llamaban kurdos a todos los pueblos no cristianos al sudeste del Imperio.

3 Hasta los años sesenta, los extranjeros que llegaban a las regiones zazas para sus investigaciones eran acompañados por un guía o traductor kurdo, enviado por un jefe tribal kurdo.

4 En las páginas siguientes también veremos cómo se favoreció por diferentes razones la desaparición del pueblo zaza como etnia en el Imperio Otomano.




Es desafortunado ver que los historiadores, investigadores, arqueólogos, escritores y periodistas son tan categóricos en sus conclusiones sobre tal o tal pueblo de Mesopotamia, del Oriente Medio y del sudeste de Anatolia.



Cuando hablamos del origen de los medas, podemos señalar lo siguiente:

“¿Quiénes eran aquellos medas que jugaron un papel tan importante en la destrucción?”.


Así pues, si su origen es desconocido, es más fácil sustituirlos por lo que quisiéramos, ¿no?

El autor de este pasaje continúa: “la historia es un libro que a veces hay que empezar por la mitad. La primera vez que se hizo mención fue en una tablilla que cuenta una expedición de Salmanasar II a un país llamado Parsua… Al parecer allí reinaban veintisiete jefes o reyes en veintisiete estados muy poco poblados por gentes que pertenecían a un pueblo llamado amadai, madai, medas”.



Debe haber un problema en esta definición del reparto del territorio, pues es difícil que estemos ante veintisiete estados y hablemos de un solo pueblo. ¿Quién puede dar una afirmación tan categórica diciendo que hay veintisiete estados pero un solo pueblo? Y eso que estamos hablando aproximadamente del 600 a. C. y que tras la disolución de los imperios hitita, luvita, hurrita, urartu i asirio hay centenares de pueblos en esta región del mundo. Esa presentación de los hechos de la historia no se corresponde a la realidad de la región. Con este ejemplo quiero llamar vuestra atención sobre la manera en la que alguien puede cambiar el curso de la historia simplemente ignorando la realidad de una región por desconocimiento de esta y de sus componentes.

Si el autor hubiera oído hablar del pueblo zaza así como de su lengua, el zazaki, podría haber dicho fácilmente que los medas son el conjunto de una confederación que hablaba el idioma avéstico, que es el zazaki. Los medas, así como el Imperio Persa, estaban dirigidos por familias o tribus emparentadas con los zazas, y además, el nombre del jefe de los medas, Ciáxares, significa “Casa del más allá” en zazaki.

Otro punto importante es que los griegos, los romanos y los misioneros occidentales cambiaron arbitrariamente el nombre de personajes importantes así como el de lugares y ciudades. No pronunciar bien un nombre o cambiarlo puede tener consecuencias importantes en ciertas situaciones. Y lo podemos ver en el caso del pueblo zaza, ya que muchos nombres de lugares y de personajes no están escritos correctamente ni bien pronunciados. De ahí que hoy haya una denigración hacia el pueblo zaza.

Otro aspecto a tener en cuenta es que muchas de esas personas que se hicieron pasar por científicos contribuyeron en la denigración del pueblo zaza con su mala pronunciación de letras y de palabras de una lengua que ni conocían ni hablaban. Pero pronunciaron y escribieron lo que quisieron oír y ver. Al hacer esto enterraron, de alguna manera, a las otras etnias, pueblos o civilizaciones.

Mediante esta política de denigración otomana-kurda, todos los extranjeros que hacían investigaciones en las tierras de este imperio se hallaron, por fuerza, ante una sola etnia: los kurdos. Probablemente os preguntaréis por qué no existía otra etnia en ese imperio. Sin embargo, existían otras como los armenios o los asirio-caldeos, pero estas eran cristianas. Así pues, todas las etnias no cristianas de todo el imperio fueron englobadas en los kurdos. En las páginas siguientes volveremos a tratar este detalle capital para entender por qué se resaltó tanto a los kurdos.



Para comprender quién era realmente el pueblo zaza, en qué regiones vivía, y en qué zonas hoy en día sigue viviendo, conviene indicar en primer lugar su zona geográfica. Veremos a continuación cómo los zazas llegaron a crear imperios y extendieron sus zonas geográficas desde Anatolia pasando por Siria, Fenicia, Mesopotamia y hasta las fronteras afganas, en Asia central. Los zazas son originarios de Anatolia (ciertas regiones de la actual Turquía), y como ellos, cientos de pueblos vivieron en Anatolia durante los periodos pre y post escritura de la historia. Algunos de esos pueblos permanecieron en comunidades, otros tuvieron la voluntad de convertirse en nación, algunos mantuvieron fuertes vínculos familiares, de linaje y de población; otros sin embargo tuvieron bastante poder para establecer su propia civilización, mientras que algunos pudieron apropiarse a la fuerza de la cultura, la lengua y la historia —en una palabra: todo el patrimonio de los pueblos autóctonos— poniendo fin así a su existencia.

Cuando alguien desea entender bien el pasado, se encuentra ante un muro que le impide acceder a fuentes escritas o a archivos. Por eso los recursos empleados y utilizados en este trabajo no son desafortunadamente del todo apropiados para evaluar todos los aspectos de la historia antigua.

A pesar de ello, he llevado a cabo mis propias investigaciones para establecer una relación entre la historia antigua de Anatolia y la de hoy en día, su lengua hablada, el alfabeto utilizado y los pueblos que vivieron en esas tierras.

Por otra parte, podemos preguntarnos cuáles eran los pueblos antiguos de Anatolia antes de la migración turca en esos territorios, hacia 1071. ¿Qué pueblos vivían allí en esa época, qué creencias tenían? ¿Cuál era su modo de vida? ¿Tenían una conexión genética con la gente que puebla hoy en día la región? ¿Y existe una interacción cultural entre esos pueblos?



Esta obra también tratará sobre la lengua del pueblo zaza, el zazaki, y de las lenguas habladas por las civilizaciones antiguas de Anatolia como los sumerios, los hititas, los luvitas, los hurritas y los palaítas. Así espero poder dar más luz sobre la existencia de los vínculos de parentesco posibles entre el pueblo zaza y las antiguas civilizaciones de Anatolia.

Por otra parte, la UNESCO 2008 mencionaba el zazaki entre las lenguas en vías de extinción en el mundo en sus informes de 2008. Esto supone un esfuerzo considerable para obrar en favor de esta lengua.

Además, esos pueblos que vivieron miles de años antes que nosotros, los sumerios, hititas, luvitas, hurritas y palaítas (y muchos más que aquí no se mencionan, pero que se mezclaron con estos), ¿qué hay de sus creencias y de su cultura? ¿Se han evaporado? ¿Han sido asimilados por los más fuertes? ¿Se transmiten hoy en día entre esos pueblos? ¿O realmente pertenecen a una de esas civilizaciones?

¿Qué similitudes hay entre el zazaki y la lengua hitita o sumeria? No somos ni lingüistas, ni teólogos, ni especialistas en antiguas civilizaciones. Somos académicos y nos interesamos en el origen del pueblo zaza. Esta obra tiene como objetivo luchar contra el desconocimiento de este pueblo que permanece olvidado en la historia de las civilizaciones.

A través de diversos capítulos, llegaréis a conocer más el pueblo zaza. La información que aquí hallaréis provendrá de datos confirmados como las similitudes entre la lengua de los zazas y la de los sumerios, hititas y luvitas.




Introducción


Los orígenes de un pueblo suponen con frecuencia una cuestión delicada, sobre todo cuando, como es este el caso con el pueblo zaza, los testigos de la historia no tienen continuidad y se escapan a posibles verificaciones. Para establecer el “estado civil” de un pueblo, lo más común es que debamos operar con criterios como su nombre, su raza y su lengua, para que podamos estar siempre convencidos de su valor absoluto.






Las zonas geográficas en las que se extiende el pueblo zaza son muy vastas. Para entender quiénes son los zazas, creo conveniente presentar primero este trabajo, puesto que es importante entender los lazos de parentesco de los pueblos que se han mezclado, y conviene asimismo poner de manifiesto la presencia de unos y de otros en las zonas geográficas determinadas, distinguir sus creencias y sus lenguas. Estos dos elementos son fundamentales y determinan los orígenes de un pueblo. Para ello, presentaré el nombre de los dioses, de las montañas, de las creencias y de los rituales de los diferentes pueblos que vivieron en la Anatolia central y en la Alta Mesopotamia.

En primer lugar abordaré los lazos de parentesco y de relación entre los sumerios y los zazas a través de diferentes fuentes escritas y arqueológicas.

Así pues, se establecerán relaciones entre:

- Hattis/hititas y zazas

- Luvitas y zazas

- Lulubis y zazas

- Hurritas y zazas

- Lengua y creencias

- La dispersión de los zazas a través del Oriente Medio, el Cáucaso y Mesopotamia

- La desaparición del Imperio Hitita

- Neo-hititas

- Los aqueménidas

- Los partos

- Los zazánidas (sasánidas)

- El periodo de islamización

- El periodo de las dinastías

- Los mongoles

- Los otomanos y kurdos contra los zazas

- Los turcos y kurdos contra los zazas



Si los lingüistas, los antropólogos, los arqueólogos y los historiadores hicieran correctamente su trabajo y tuvieran en cuenta los criterios de constitución de la “identidad de un pueblo”, hoy en día el pueblo zaza no quedaría olvidado o apartado por nadie. Sin embargo, para aclarar esta cuestión de la identidad de un pueblo, se responderá a las preguntas siguientes:

- ¿Quién son los zazas?

- ¿En qué región del mundo se encuentran?

- ¿Qué lengua hablan?

- ¿Cuál es su evolución histórica?



Las respuestas adecuadas a estas cuestiones se aportarán según el análisis de los escritos de varios investigadores y de los trabajos de arqueólogos y lingüistas.

Antes que nada, y para una mejor comprensión, hay que saber que el pueblo zaza ha sido tanto llamado “zaza” como “Dımı li”. Desde hace mucho tiempo, una parte de los zazas se instaló al sur del mar Caspio, región llamada Deylemites (actual Irán). Por esta razón, los zazas a menudo son designados con el nombre de “Dımı li”, pues a partir de 650 d. C. algunos zazas hicieron el camino inverso, a saber, de regreso hacia la “madre patria”. Los que volvieron a Deylem, en la Anatolia oriental (sureste de la actual Turquía) son llamados “Dımı li”.



Hay que saber que la historia, la lengua, la cultura, la religión y todo el patrimonio del pueblo zaza ha sido robado, usurpado, ignorado, prohibido y hasta quemado. En una palabra, la memoria del pueblo zaza ha sido borrada por los estados y las potencias de la región. El pueblo zaza ha surcado por los siglos sin valores étnicos. A pesar de todo ello, ha podido salvaguardar el elemento más importante de su existencia en tanto que pueblo: su lengua, el zazaki. Es seguramente este elemento importante de su identidad lo que les ha permitido renacer de sus cenizas.

¿Cómo un pueblo desamparado puede probar su pasado, sus raíces y la existencia de ancestros? Con la ayuda de los elementos primordiales que son su lengua y sus creencias.

En la medida en que los zazas son autóctonos de Anatolia o de la Alta Mesopotamia, nos interesaremos con más detenimiento en las civilizaciones de las zonas geográficas todavía hoy habitadas por los zazas. Al analizar estas civilizaciones antiguas, veremos que hay muchas similitudes entre los sumerios, los hattis/hititas, luvitas, hurritas y los zazas. Por eso trazaremos de manera sucinta la historia de estos pueblos antiguos para entender las relaciones entre estos y el pueblo zaza. Ya que, para nosotros, historiadores, para establecer los orígenes de un pueblo es necesario pruebas, fuentes fiables, y sobre todo es necesario comprender el proceso de la evolución histórica del pueblo en cuestión. Por eso se analizará con detalle las civilizaciones de Anatolia y de Mesopotamia.



El pueblo zaza, todavía en nuestros días, no parece decirnos gran cosa, aun para los lectores más versados.








Asia menor, llamada también Anatolia



Sin embargo, podemos afirmar que el pueblo zaza es uno de los primeros que habitaron Anatolia (actual Turquía), o Asia Menor, y Mesopotamia. Aunque actualmente este pueblo autóctona de Anatolia se perdió en la historia, así como los sumerios, los hattis, los hititas, los luvitas y los hurritas. Gracias a excavaciones arqueológicas conocemos más a los sumerios y sus civilizaciones en Mesopotamia, pero hasta finales del siglo XIX no sabíamos todavía nada de los hattis, de los hititas, de los luvitas y de los hurritas. No fue hasta este periodo, tras diferentes trabajos efectuados en yacimientos en Anatolia, que se sacó a la luz la civilización de los hattis/hititas.



Es importante destacar que en el ámbito cultural, lingüístico y de fe, todos esos pueblos se impregnaron de la civilización de los hititas o formaban parte de las tribus que componían la familia hitita.

Según los investigadores, historiadores y arqueólogos, los hattis eran el pueblo autóctono de Asia Menor. Los documentos encontrados en los archivos acadios (uno de los pueblos de Mesopotamia) demuestran la presencia de los hattis en Anatolia, gracias a sus relaciones comerciales con los acadios.

Los hattis (o hattus) se instalaron allí hacia el 2800-2500 a. C., pero todavía son poco conocidos. El rastro más antiguo hallado de este pueblo de la Anatolia central se encontró en Mesopotamia bajo el nombre de Tierra de los hattis en un documento acadio fechado en el periodo de Sargón de Acad (2334-2279 a. C.). Posteriormente, el país fue invadido, del 2300 al 2000 a. C. por tres pueblos que hablaban lenguas indoeuropeas de una gran similitud. Encontramos a estos pueblos en la literatura hitita bajo el nombre de luvita (o luwita), nesita (hitita) y palaíta. También hay mención del hatti sobre el 1900 a. C. en otro documento proveniente de una colonia asiria de Capadocia.






Parece que los hattis no disponían de lengua escrita y utilizaban una escritura cuneiforme para sus transacciones comerciales. Los hititas, los luvitas y los hurritas aparecieron en Anatolia, la tierra de los hattis, a partir de 1700 a. C. Por contra, el territorio o la región donde se instalaron los hattis, como se ha dicho anteriormente, era conocido por el nombre de Tierra de los hattis.

Fueran como fueren sus orígenes, los primeros hititas conocidos gracias a los textos se identificaron a principios del segundo milenio en los archivos de comerciantes asirios que fueron a comerciar a la Anatolia central, donde establecieron varios emporios, el más importante fue el de Kanesh/Nesa (el actual yacimiento de Kültepe), donde se desenterraron la mayoría de las tablillas que nos han llegado. El estudio de estas reveló la presencia de varios principados que se repartían la Anatolia central en el siglo XIX: al norte el Hatti (alrededor de Hattusa, entonces llamada Hattush) y Zalpa (cerca del mar Negro), al sur Burushattum (Purushanda en los textos hititas de los periodos siguientes, quizá en el yacimiento de Acemhöyük) y Wahsusana, o también Mama


y Kanesh, que se sitúa aparentemente en la zona donde los hititas se concentraron más.




Aunque los historiadores y los investigadores son unánimes en cuanto al hecho que los hattis son el pueblo autóctono de la Anatolia central, por contra, en cuanto a la procedencia de los hititas, los luvitas y los hurritas tienen posturas divergentes. Sin embargo, podemos decir que todos esos pueblos tienen muchas similitudes en el ámbito lingüístico, de creencias y de cultura. Por eso es muy probable que sean miembros de una misma tribu y que se hayan manifestado en diferentes periodos de la historia.

Las fuentes sobre la historia hitita han revelado el carácter heterogéneo de la civilización de ese reino. La denominación de civilización hitita es equívoca en la medida en que la Anatolia del segundo milenio a. C. era un mosaico étnico y cultural teniendo en cuenta la coexistencia de varios pueblos: algunos hablaban lenguas indoeuropeas y estaban emparentados con hititas y luvitas, otros no tenían conexión con ellos, como los hattis y los hurritas. La civilización hitita se construyó mediante esa coexistencia y esos contactos que se establecieron entre ellos, junto con influencias venidas de Siria y de Mesopotamia.






En cuanto a los orígenes de los hititas, hay quienes lanzan las hipótesis siguientes: “La arqueología muestra que surgieron del segundo movimiento de poblaciones, hacia el 2300-2200 a. C., que se dio en los Balcanes hacia Anatolia. Hablaban el nesita (o nesili) y se instalaron en territorio hatti a orillas del río Halis. Según el Antiguo Testamento, donde son nombrados heteos o hittim (Hijos de Het), habrían poblado la parte alta del territorio de Canaán en el tiempo de Abraham”.




Heth significa en zazaki “cerca de” o “en casa de”. Otros especialistas afirman que los hititas son autóctonos de Asia Menor, descendientes de las culturas de Çatal Hüyük. El debate sigue abierto.




Hay otros que también estiman que los hititas eran aparentemente un enigma. No se sabía con certeza su origen geográfico y su lengua permaneció encriptada e indescifrable durante largo tiempo. En la actualidad sabemos que la lengua de los pueblos hititas pertenecía a la familia de las lenguas indoeuropeas y que cuando los hititas invadieron Mesopotamia, adoptaron el modo de vida de los babilonios e incluso de los sumerios, allí instalados desde hacía siglos. Más precisamente, adoptaron la religión de la región, y veneraron y abrazaron los dioses de Babilonia y de los sumerios como suyos.






Si los hititas adoptaron fácilmente el modo de vida, la religión y abrazaron los dioses de los sumerios, babilonios y hattis, eso quiere decir que eran de la misma familia. En caso contrario, es bastante difícil que un conquistador acepte la lengua, la cultura, el modo de vida y sobre todo la religión de los vencidos. Eso significa que el Imperio Hitita es el conjunto de varios pueblos pertenecientes a una misma tribu o dinastía.

Otros especialistas afirman que los hititas son autóctonos de Asia Menor, descendientes de las culturas de Çatal Hüyük. El debate sigue abierto.

Sea como fuere, se mezclaron primero con la población hatti, luego tomaron importancia hasta combatirlos. Cuando hubieron conquistado la región del Hatti, los soberanos hititas adoptaron el título de Gran Rey del Hatti y fundaron una confederación de reinos que acabó por depender del Rey de Hattusa.




Tras la recuperación de cerca de 10.000 tablillas de arcilla de los archivos reales hititas (Scarre & Fagan, 206) en 1912 d. C. por Hugo Winckler, se constató que bajo el reinado de Suppiluliuma el vasto reino de Mitanni fue reducido a un estado vasallo hitita y que arrebataron a los egipcios la región fértil de Levante, incluidas importantes ciudades portuarias como Biblos.

Cuando Tutankamón murió súbitamente en 1327 a. C., su reina viuda Anjesenamón escribió a Suppiluliuma I y le pidió que le enviara a uno de sus hijos para casarse, pues ella no podía soportar la idea de casarse con un servidor.

Suppiluliuma I envió a su hijo Zannanza a Egipto para casarse con ella y convertirse en faraón. Aun así, Zannanza jamás cruzó las fronteras egipcias porque fue asesinado.

El nombre del rey hitita, Suppiluliuma I, significa en zazaki “niña de mis ojos” y el nombre de su hijo, Zannanza, significa “el sabio”.






Todos esos pueblos, que probablemente tengan un lazo de parentesco con el pueblo zaza, como acabamos de ver, dan que hablar sobre ellos unos tras otros en esa parte del mundo, apareciendo en Anatolia en diferentes eras de la historia. Pero los primeros que conocemos son los hattis que se instalaron en la Anatolia central cerca de la ciudad de Hattusa, futura capital de los hititas, hacia los siglos XIX y XVII a. C. Luego fueron los hititas los que aparecieron y se instalaron en tierra de los hattis subyugando a estos hacia el 1600 a. C.

Las religiones, las culturas, las lenguas y las escrituras de los hititas, de los hattis y de los hurritas son muy próximas a las de los zazas actuales, por no decir idénticas.

Desde el siglo XIX algunos arqueólogos occidentales se han interesado bastante sobre el pasado de la historia romana de Oriente. Con este objetivo Charles Texier “en 1834 parte en busca de la ciudad romana de Tavium. Descubre las ruinas de un sitio que más tarde se identificará como la antigua capital del reino hitita, Hattusa (o Hattusas, al lado de la actual Boğazkale, antigua Boğazköy, situada al este de Ankara).




Después, en 1906, fueron los arqueólogos alemanes los que descubrieron varias tablillas de arcilla pertenecientes a los archivos del reino hitita. Aquellas tablillas están redactadas en varias lenguas que utilizan los caracteres cuneiformes de origen sumerio: el acadio, la lengua diplomática del segundo milenio; y abordan un tratado de 1270 a. C. entre el rey Hattusili III y el faraón Ramsés II. Hay grabada una versión en egipcio en el muro de un templo de Karnak. Aquel texto permitió identificar un lugar: Hattusa, la capital del reino hitita.




Unos años más tarde, un checo, Bedřich Hrozný demostró la naturaleza indoeuropea de la lengua y aquel descubrimiento garantizó que el hitita es “la lengua indoeuropea más antigua de todas las lenguas identificadas. El hitita forma parte de las lenguas anatolias, como las otras dos lenguas emparentadas: el luvita (escrito con jeroglíficos) y el palaíta”.




Más allá del parecido de la lengua hitita con el zazaki, el mismo nombre hitita es una palabra derivada del zazaki, ya que en el origen el nombre de los hititas que “en la Biblia es citado en hebreo יתח Hittī, en plural מיתח Hittīm, transcrito en griego Χετταίοι, y en latín Hetthæi (Génesis 15, 20) de ahí en castellano heteos.”




Hethi o hitti significa en zazaki “aquí” o “por aquí”. Así pues, en el origen de la creación o de la instalación de los hititas en Anatolia llamaron a su lugar de residencia “aquí” (heteos). Y en su lengua, nésili significa en zazaki “descendiente”.

Dicho de otra manera, los hattis, los hititas, los luvitas y los hurritas hablaban el zazaki y tenían los mismos ritos religiosos que los zazas. Basándonos en la lengua, la cultura y la religión podemos preguntarnos si todas aquellas civilizaciones no eran sino la familia de los zazas.

Por otra parte, hoy en día si encontramos a zazas dispersados por todo el Oriente Medio y en Asia, incluso hasta en el Cáucaso, es en parte gracias a la grandeza que tenía el imperio de los hititas, que se extendió desde Anatolia hasta Irak, Irán, Siria, Fenicia y Afganistán.



Los luvitas



Los luvitas, que eran seguramente una de las dinastías o de las tribus hititas, formaron una civilización importante en las costas del sur y en el interior de Anatolia en la edad del bronce (entre el 2000 y el 800 a. C.). Los luvitas, aparte de su proximidad con los hititas, tenían una lengua idéntica y unas creencias muy cercanas. Algunos nombres de sus divinidades están en zazaki. Por ejemplo, el dios de la luna, Arma, en el zazaki de hoy esa palabra se pronuncia Aşma.

Hipatu es el nombre luvita tardío de la diosa hurrita Hepat, representada en compañía de Sharruma sobre una montaña. Sharruma significa en zazaki “nuestro pueblo” o “nuestras gentes”.

“Tarhunt era el dios del clima y el dios principal de los luvitas que se desplaza en su carro tirado por caballos.”




Los luvitas, que extendieron sus zonas pobladas hacia el oeste y el sur de la actual Turquía, en el ámbito lingüístico estaban cerca de los hititas y del zazaki actual.








Libaciones a Arma (yacimiento de Arslantepe)



“El luvita se definiría como la lengua hermana del hitita-nesita utilizada esencialmente en las regiones del sur de Anatolia constituidas por el reino de Arzawa y sus regiones satélites, así como el Kizzuwatna occidental.”




La lengua luvita es hablada por los hititas, luego por los hurritas y por otros reinos del sur de Anatolia.

A pesar del carácter unificador de la lengua hitita, el luvita pudo resistir y mantener su particularidad dentro del reino de los hititas, sobre todo gracias al papel que jugó la esposa de Hattusili III, Puduhepa de Kizzuwatna, cuya acción propagó la cultura hurrito-luvita propia de Kizzuwatna (cf. ciudad de Kummanni) por las esferas cultas de la capital.

“Desde el reinado de Hattusili III, y más aún en el de sus sucesores, las bibliotecas de Hattusa se enriquecieron con textos luvitas o influenciados por la cultura luvita. Se observa desde este periodo una luvitización progresiva de la lengua hitita-nesita, al mismo tiempo que se daba una hurritización de esta lengua.”






Además, es importante destacar que los jeroglíficos hititas forman un sistema de escritura original utilizado esencialmente en las inscripciones monumentales, para la escritura de un dialecto del luvita. “A pesar de algunas divergencias gramaticales notorias (como el sufijo de participio –mi en lugar de -[a]nt en hitita, o la desinencia –ha de la primera persona del singular, –un [verbos en –mi] y –hun [verbos en –hi]), el hitita-nesita y el luvita constituyen dos lenguas hermanas de la antigua Anatolia, las mejor atestiguadas de todas las lenguas indoeuropeas.”






Los hurritas



Los hurritas es otro de los pueblos que crearon un reino en el sur de Anatolia y que estaba en conflicto permanente con el Imperio Hitita que dominaba ampliamente toda la región hasta Palestina, el Cáucaso y el sur del mar Caspio. Los hurritas, que estaban emparentados con los hititas, se extendieron hasta el norte de Siria y sobre todo hasta Mittani, ejerciendo su dominio sobre Siria y Asiria entre los siglos XVI y XV a. C.








La región aproximada de la población hurrita durante el Bronce Medio se corresponde con el color violeta.



Según algunos investigadores, la última dinastía de los hititas, la de Suppiluliuma, era de origen hurrita. Finalmente, el Imperio Asirio destruyó definitivamente el reino hurrita en el XII a. C.

La influencia hurrita fue marcando cada vez más a los reyes hititas, sobre todo a partir del reinado de Suppiluliuma I, cuya dinastía pudo tener orígenes hurritas.

Durante el reinado de Hattusili III (1265-1238 a. C.) y Tudhaliya IV (1238-1215 a. C.), sin duda influenciado en parte por la reina Puduhepa, originaria de Kizzuwatna, de cultura hurrita, la religión hitita quedó muy marcada por la esencia hurrita. Esto se ve por ejemplo en el santuario de Yazılıkaya, donde los grandes dioses son llamados por su nombre hurrita.




Todos aquellos reinos que poblaron Anatolia durante el tercer milenio a. C. eran seguramente miembros de la misma dinastía y cada uno quería imponer su dominio sobre los otros.



Los sumerios



Ciertamente podemos decir muchas cosas sobre los sumerios, pero nos limitaremos a una breve presentación.



Los sumerios que vivían al sur de Babilonia del 4500 al 2000 a. C. tenían diversas divinidades, un poco como los hititas. Aquellas divinidades a menudo eran representadas por fuerzas de la naturaleza: el agua, el cielo, las montañas, el sol, etc.



Sus dioses (An, Enlil, Enki, Ninhursag, Nanna, Utu e Inanna) eran los siete dioses que “sellaron el destino”, junto con otros 3000 más. El hecho de que haya una inferioridad absoluta de los hombres respecto de los dioses es único en la religión sumeria.

Según sus creencias religiosas y su escritura, los sumerios fueron los precursores de los hititas que tenían casi las mismas creencias y el mismo sistema de escritura. A saber, el uso de pictogramas, luego cuneiformes, y finalmente ideogramas.




Los sumerios y los hititas tenían muchos puntos en común, sobre todo a nivel religioso y de escritura. Su lengua también tiene cierto parecido con el zazaki, la lengua de los zazas.








Enlilera uno de los dioses más importantes del panteón. Su mujer era la diosa del aire, Ninlil, y entre sus hijos está la diosa Inanna y los dioses Nanna,Ninurta y Utu.








Ladiosa Inanna era la divinidad femenina más importante de la antigüedad. Era la diosa del amor, de la guerra y de la fertilidad de las mujeres.



Volvamos a los dioses sumerios: An (Ano-Onu) en zazaki o en el idioma avéstico significa “el que da”. Enki (Anki) significa “hacer”. Ninhursag (Ninahêrson) significa “no se enfada”. Nanna —en las excavaciones arqueológicas de María, en Siria, se han encontrado estatuillas con el nombre de Ninna-Zaza—, significa “no traerá”. Utu (Oyta), también en zazaki, significa “aquí”. Se puede ver que el número de semejanzas sólo a nivel del nombre de los dioses da razones para decir que hay un cierto parentesco entre esas civilizaciones y el pueblo zaza. Otro parecido sorprendente yace en el olvido de esas civilizaciones durante largo tiempo, aunque todavía no se haya reconocido la existencia del pueblo zaza.

Hoy en día, en todas esas regiones del mundo, podemos encontrar poblaciones que hablan una lengua cercana a la de los zazas.



Los zazas, pueblo olvidado de la historia e ignorado por todos, tenían que salir un día de las tinieblas. El contenido de este ensayo es para rendirles homenaje, contribuyendo a darlos a conocer a la opinión pública. Los zazas, pueblo autóctono de Anatolia y de Mesopotamia, oprimidos, masacrados, divididos, exiliados, por diferentes naciones y diferentes pueblos, reaparecen hoy en la escena de la historia para reclamar su derecho a existir, en tanto que pueblo soberano e independiente.



Este libro se ha escrito teniendo en cuenta el proceso del tiempo que ha pasado hasta nuestros días, con tal de explicar la historia del pueblo zaza de manera objetiva, sin tomar partido y verificando la realidad de todas las obras; aportando luz a un periodo histórico tan largo, bebiendo de textos, artículos y libros publicados cuyas fuentes serán siempre citadas.

De manera imparcial, trazaremos las grandes líneas de la historia del pueblo zaza.

Con este estudio espero que el lector curioso por conocer el pueblo y la historia de los zazas sea capaz de obtener respuestas claras y explicaciones convincentes.

En primer lugar, trataremos los orígenes del pueblo zaza, la evolución del pueblo zaza tras la división del Imperio Hitita, las zonas geográficas y la creación de los estados zazas, luego a los zazas en la época de las invasiones árabes, el retorno de los zazas a la madre patria, a los zazas en la época de los otomanos, a los zazas durante la batalla de Chaldiran en 1514; luego estudiaremos a los zazas en el siglo XX, las revueltas del pueblo zaza, la masacre del pueblo zaza por parte de los kemalistas y el renacimiento del pueblo zaza.



Antes de entrar en detalle, es importante precisar que no hay ninguna intención de crear polémica alguna con el pueblo kurdo. Efectivamente, no olvidemos que Mesopotamia y Anatolia son las tierras de varios pueblos. Algunos han desaparecido, otros son muy minoritarios, como precisamente los zazas, los soranes, los goranes, los caldeos, los asirios, los belucdji, los loris y los kurdos. La desgracia es que estos han tenido ambiciones enormes y consideran ahora como kurdos a todos esos pueblos en vías de desaparición. Ahora bien, los nacionalistas kurdos olvidan que en la historia de la humanidad, cada uno de esos pueblos ha jugado un papel importante en la civilización de Mesopotamia y de Anatolia. Por eso este libro permite restablecer una verdad histórica demostrando que el pueblo zaza es un pueblo olvidado debido a la gula de los nacionalistas kurdos que querrían someter a los demás bajo su yugo. Es obvio que mucha gente —y sobre todo algunos de nuestros amigos kurdos— no estarán satisfechos con el contenido de este ensayo, pero es bueno que sepan tener la mente abierta, lo cual es también uno de los actos civilizados más dignos de nuestra época.



Primera parte Los orígenes del pueblo zaza





Capítulo ILos antepasados de los zazas

1. El parentesco de los zazas con los sumerios, hattis/hititas, luvitas, palaítas y hurritas


Leyendo estas líneas, ¿los historiadores, investigadores, arqueólogos de las civilizaciones antiguas, sobre todo las de Anatolia, Oriente Medio y Mesopotamia, son capaces de decir de dónde salen los zazas? ¿Cómo podemos hacer tal comparación entre este pueblo desconocido y esas civilizaciones gloriosas?

Es del todo normal que las personas que son consideradas como los especialistas de estas civilizaciones se hagan estas preguntas. Pero también es normal que nosotros también podamos hacerles a los científicos las preguntas siguientes:

—En el plano arqueológico, cuando se hicieron excavaciones en los yacimientos de Turquía, Irak, Siria o en Irán, ¿había algún zaza en el equipo de arqueólogos?

—En el plano lingüístico, cuando se hicieron investigaciones entre la población, en Turquía, Irak, Siria o Irán, ¿entre los acompañantes había una o varias personas que hablaban el zazaki? Seguramente que ni el equipo de arqueólogos ni los investigadores, sociólogos o lingüistas que hicieron los descubrimientos no tenían acompañantes que hablasen el zazaki. Todo lo que se ha hallado sobre el pueblo zaza ha sido atribuido a otros pueblos.

—¿Asistían antropólogos a los descubrimientos arqueológicos? Si las tablillas descubiertas en Turquía o en Mesopotamia hubiesen sido analizadas por antropólogos, sus conclusiones a lo mejor habrían sido diferentes.



En las diversas investigaciones arqueológicas se ha mencionado muy poco el nombre de los zazas. Ello se debe principalmente a que la mayoría de arqueólogos, investigadores e historiadores ignoraban su lengua así como su religión, o simplemente no conocían la existencia del pueblo zaza. Ahora bien, ¿en las zonas geográficas donde vivía el pueblo zaza hace 4500 años había turcos o kurdos? No, los turcos llegaron a Anatolia a partir del 1071 d. C. y los kurdos llegaron a las zonas geográficas actuales de los zazas a partir del 637 d. C., data en que las tropas islámicas tomaron la ciudad de los sasánidas de Isfahán, donde vivían los kurdos que se convirtieron enseguida al islam y se pusieron al servicio de las tropas islámicas para nuevas conquistas. Así fue como los kurdos se extendieron desde Isfahán hacia el noreste hasta Diyarbakır, Adıyaman, pasando por Mouche, Varto y Elaziğ.

En cuanto a los orígenes del pueblo zaza, se puede decir que la misma palabra “zaza” había sido citada desde antiguo en la historia. Algunos decían que se trataba del nombre de una localidad donde vivían los hattis, una población entre dos ríos (el Éufrates y el Tigris), citada en la Biblia del rey Jacobo. En el primer libro de las Crónicas, capítulo 2 versículo 33 se indica que los hijos de Jonatán, Pelet y Zaza, son los hijos de Jerameel.




El señor Kemal Soyer sigue el mismo sentido que el de la Biblia del rey Jacobo cuando evoca que el nombre de zaza (Zazïssa) era dado a una localidad que se encontraba entre los ríos Éufrates y Tigris, y aquel pueblo era probablemente una de las tribus que componían el imperio de los hititas.






Los trabajos llevados a cabo en el yacimiento arqueológico de Kiş (en Irak) muestran una gran cantidad de documentos relacionados con los pueblos autóctonos de Anatolia. Uno de esos documentos pertenece al periodo del Gran Rey Sargón de Acad (2334-2279 a. C.). El documento en cuestión evoca que para asegurar la seguridad de los comerciantes, estos habían invitado al rey Sargón a Anatolia. El rey Sargón luchó contra el rey de Pruch-Hattum (Karahöyük) Nur Dagán, y regresó a su país después de tres años y cinco meses.

Según esos documentos, se constató que en el tercer milenio a. C. los hattis, sumerios, hititas, luvitas y hurritas que vivían en Anatolia en un sistema de ciudades-estado tenían relaciones culturales y comerciales bastante estrechas con los acadios y asirios.



En la primera mitad del segundo milenio a. C. los pueblos que vivían en la zona situada entre el Tigris y el Éufrates fueron llamados por los sumerios “Ki Engür”, y llamaron al primer humano “Za-za = Lu-lu”.

“Dumu-lu-ulu-lu” significa “la humanidad”, que en nuestros días se traduce por “pueblo Lulubi” o “Dımı li”.

La tierra de Anatolia que estaba habitada por los hititas fue nombrada por los acadios “Mat Hattim”.



Otro documento que se encontró en Suse y que actualmente se encuentra en el Museo del Louvre, en París, indica la victoria del nieto del rey Sargón de Acad, Naram Sin (2254-2218 a. C.) contra el rey de los lulubis (“Lolán” significa “tribu zaza”) que vivía en las regiones de Kerkük, Süleymaniye y Halepçe.




Según algunos documentos hititas, Sargón el Grande había combatido contra el rey luvita Nurdaggal de Burushanda, mientras que el sucesor de Sargón de Acad, Naram Sin (2254-2218) luchó contra el rey Hatti Pamba y contra otros dieciséis reyes de una confederación de estados.




El documento que relata las proezas del rey Nara Sin fue escrito en hitita y se encuentra en los archivos de Hattusha (Kbo 3.13=CTH311). Se escribió una segunda tablilla en dos lenguas: hitita y acadio. Se halla en los archivos de Hattusha (Kbo 3.13).

Este es el nombre de los países escritos en la tablilla:

- País Gutium: la región central de los montes Zagros, el nombre del toro celeste sumerio Gud basado en Gu Alu que viene del nombre Guti, Hatti o Hadad y que es el nombre del dios de Anatolia. En los documentos sumerios, las montañas Zagros son llamadas “Karda Lulu” o “Karda Ko” o “Kur Duku”, y no se deben confundir con el país Guti; porque en la ciudad sumeria de Girsu, cerca del palacio dedicado a Arad Nannar (2038-2029 a. C.), entre el nombre de los países inscritos figura Gutebaum, que es el nombre del país de los gutis así como Ki-ka en la de Karda, que se halla en la provincia iraní del Kordestán. Sin embargo, los autóctonos que viven en esta zona son llamados Kakai, que es la comunidad Yarsani-Ehli Hak.

- País de Luvi o Luivium

- País Turukkum

- País Hatti

- País de Kanesh

- Kassium (el pueblo de Lolán, ahora conocido con el nombre de Lolij-Kasimj, que gobernó Babilonia durante 550 años en el pasado)

- Kakmum

- Ammurru

- Der

- Arrarites

- Pakki

- País de Hahhum

- Meluhha

- Aratta (Azerbaiyán)

- Marhasi

- Larak

- Elam (Irán)

- Apoum



En estos dos documentos que datan del periodo del rey Sargón y de su nieto Saram Sin, entre los pueblos de Anatolia y Mesopotamia que lucharon contra los acadios no se menciona en ningún momento el nombre del pueblo kurdo, ya que los kurdos y los armenios llegaron a tierras de Anatolia a partir del 1200 a. C.




Como también se indica en el libro de L’Histoire des tribus Kurdes (Şerefname 1597), los Kurmanjs —cuyos ancestros se llamaban Bacnavi y Boht—, después de su llegada a la región del sureste de Anatolia, fueron asimilados por los asirios, así que el nombre de “kurdos” es actual de nuestros días. Los políticos kurdos lo tomaron de las palabras “asur”, “sumer” y “akkad”, lo cual significa en castellano “fuerte”; y de “Karda Lulu”, que es el nombre de la divinidad de las montañas de los sumerios, hattis y hurritas.

Los diecisiete reyes de Anatolia, del norte de Siria y de la confederación de Zagros que combatieron bajo el mando del rey Hatti son mencionados: Pamba contra el rey acadio Naram Sin, Memendah que comandaba los ejércitos Lulubi; Lolán, así como otros reyes como Sipan-Süphan, Nur Dagan (rey de Puruşhattum) (Karahöyük), Madakina (rey de Armani), Ilkü Nail de Turukku, y Huwaruwas de Amurru.




La principal razón por la que los habitantes de Hatti-Lulubi (luvitas) en el centro de Anatolia y los habitantes de la región de Amanos-Hatay pudieron cooperar políticamente con los pueblos guti, lulubi y turukku que vivían en el Zagros situado a unos 2000 km fue que estaban relacionados por los lazos de parentesco sumerios-hatti lulu, hurritas-lulu, guti-lulubis y turukku.








El monumento de la victoria dedicado a la diosa Ishtar, de Anubanini, rey de Lulubi (Lolán, tribu zaza) sobre el precipicio de Sare Pul-i Zohap (que significa en zaza: ‘sobre los hombros de Zohap’) en Irán (2000 a. C.).

Los reyes sometidos son representados según la tradición de Anatolia, en términos zaza “bıne dare” (bajo el árbol). Sobre el monumento de las victorias, en escritura acadia, el rey indica que las tierras conquistadas pertenecen a los sumerios, antepasados de los acadios.



Los lulubis, que se unieron a la confederación dirigida por el rey Hatti Pamba, con otros siete reyes, eran los parientes más cercanos del pueblo hatti, asentado en Anatolia.

Por esa razón se encuentran inscripciones de victorias de los reyes de origen hatti-lulubi en los enormes peñascos que rodean las ciudades de Sari Puli, Zuhap, Kirkuk, Süleymaniye y la llanura de Raniya.

Así pues, en la actual Anatolia, los xıdan, los hormek, los lolan, los dimili y los goranes viven como sus antepasados: los hattis, hurritas, luvitas y gutis. En el tercer milenio, vivían en un sistema de ciudades-estado que tomaban sus nombres de las regiones situadas entre las tierras de los hattis, los elam y los sumerios.

Los kurdos, que hoy en día sugieren que los zazas son también kurdos, olvidan que el término “kurdo” que continúa vivo en la cultura popular de Anatolia y Mesopotamia tiene su origen en la palabra “Kardaki” o “Kardakoi”, que en zaza es el nombre de la deidad de las montañas.



Además, en Anatolia y en Mesopotamia nos encontramos con nombres de localidades así como nombres propios con connotación zazaki, muy extendidos, y eso no se debe al azar.

Entre estos nombres figura en primer lugar el nombre del hijo del rey de los hititas Suppiluliuma I, Zananza.

Cuando el rey de Egipto Tutankamón murió súbitamente en 1327 a. C., su reina viuda Ankhesenamón escribió a Suppiluliuma I y le pidió que le enviara a uno de sus hijos para casarse con ella, pues no podía soportar la idea de casarse con un sirviente. Suppiluliuma I envió a su hijo Zananza a Egipto para que se casara y se convirtiera en faraón. Zananza, sin embargo, nunca cruzó las fronteras egipcias porque fue asesinado.

En el texto aquí citado hay primero el nombre del rey hitita, Suppiluliuma I, que en zazaki significa “niña de mis ojos” y el nombre de su hijo, Zananza, que significa “el sabio”.




Hay también nombres de localidades: Labarna I rey de los hititas (1680-1650 a. C.) nombró a sus hijos gobernadores de las grandes ciudades de Nenasa (o Nenašša o Ninašša), Landa (o Zanda, al este de Hattusa, hoy día Karamán), Zallara (región de la orilla noroeste del lago Tuz), Purushanda (o Burushattum o Purušḫanda o Purušḫattum o Paršuḫanda) y Lusna (o Lušna). La primera ciudad fue atacada por Shanahwitta (o Sanahuita o Sanahwitta o Šanahwitta).






Hattusili I pasó toda la última parte del tercer año de su reinado reconquistando los territorios perdidos. La primera ciudad conquistada fue Nenasa (hoy día Ak Saray), que actualmente está habitada mayoritariamente por zazas. En el quinto año emprendió una campaña al este de Siria. Tras la destrucción de la ciudad de Zaruna atacó la ciudad hurrita de Kizzuwatna, Hassuwa (o Hassu o Hasu), al oeste del Éufrates, entre Milid (o Melid o Arslantepe, hoy día en los alrededores de Malatya) y Karkemish. Hattusili I envió a sus generales Zukraši (o Zukrassi) y Zaludis (o Zaludi) con refuerzos para ayudar a defender las ciudades de Zippasna (o Zippašna).



El rey hitita no obtuvo un gran éxito al principio de su reinado y Pihhuniya consiguió tomar los territorios al noreste de Hattusa, entre ellos Istitina, y avanzó hasta Zazzïssa (o Zazsa). Mursili II consiguió recobrarse y venció a Pihhuniya, que fue enviado como prisionero a Hattusa.




En uno de los conflictos entre el rey de los hititas Muwatalli II y el egipcio Ramsés II, se indicó que las tropas hititas estaban formadas por unos 30.000 hombres y que fueron diezmadas hasta que se rindieron. Pero los shardanes (o sardanes o sherden o shirdana o chardanes) que constituían su guardia, resistieron hasta la llegada de los refuerzos.




La palabra “shardan”, “sherdan” o “chardan” significa en zazaki “los combatientes”.

Como se ha podido ver en los párrafos anteriores, existen muchas palabras con connotaciones zaza con la letra zeta. Además, los elementos siguientes muestran de manera formal que las raíces del pueblo zaza se hallan ocultas en las profundidades de las civilizaciones hattis-hititas, luvitas, hurritas y hasta sumerios.

Dirigidos por André Parrot, algunos arqueólogos hicieron investigaciones en una localidad de Mari, en Siria, durante los años treinta. Entre sus hallazgos encontraron un templo que llevaba el nombre de Ninni-Zaza. Mediante descubrimientos arqueológicos y epigráficos excepcionales, junto a los de santuarios, destruidos durante el siglo XXIV a. C., y después el descubrimiento del gran palacio real, demostraron que se trataba de uno de los mayores focos de las civilizaciones que se sucedieron en Mesopotamia. Fue destacable que se trataba de la primera vez que en Mari se había descubierto dos santuarios presargónicos relativamente bien conservados y que para uno de ellos los investigadores podían proporcionar un plano completo, el de Ninni-Zaza o Nannu-Zaza. Los dos templos de Ishtarat y de Ninni-Zaza son dos santuarios contiguos, sin ninguna comunicación el uno con el otro. Ishtarat es el nombre de una divinidad concretamente semítica, pero Ninni-Zaza, al contrario, es de carácter sumerio.




Una vez más, a través de un nombre zaza que designa una divinidad sumeria podemos ver que existe una relación de parentesco entre los sumerios y el pueblo zaza.



De hecho, los textos nos indican que el país hitita debió de padecer periodos de grandes hambrunas, acompañados de fuertes movimientos de población que iban a diezmarlo por completo, hasta hacer que desapareciera.

La situación es diferente con otros textos, en particular con los que se encontraron en Ugarit, que en aquella época pertenecía todavía a los hititas. En ellos supimos que una hambruna golpeó Asia Menor. El faraón Merenptah (1213 – 1203 a. C.) menciona la entrega de cereales a los hititas para aliviar su sufrimiento. Estas cartas no son fáciles de fechar, pero el rey de Ugarit, Niqmaddu III (1199 – 1192 a. C.) pidió que les enviasen barcos y grano. La urgencia era visible en la última frase, que indicaba que se trataba de “vida o muerte”.






Tras la desmembración del imperio hitita (1200 a. C.) por los asirios, una gran cantidad de sus integrantes sobrevivieron hasta el 600 a. C., fecha en la que los persas entraron en escena y empezaron a dominar Mesopotamia y Anatolia. Los zazas, que entonces eran uno de los componentes de los hititas, a partir del 1200 a. C. empezaron a vivir de manera esparcida por todo Asia, Oriente Medio y Anatolia, viviendo bajo el yugo de diferentes potencias, ya sea formando parte de ellas o bien colaborando con ellas.



Cierto es que a partir del 600 a. C. los zazas no crearon ningún estado ni principado que llevara su nombre propiamente dicho, pero sí que crearon varios estados y principados hasta el 224 d. C., cuando crearon el imperio zazánida (sasánida). Pero a partir de 1256, los zazas ya no pudieron organizar más su vida social y política, ya que se erigieron ante ellos —además del islam— dos grandes potencias: los otomanos y los kurdos (y también los armenios en menor medida).



Los kurdos, que son originarios de Bosnia, Croacia y Macedonia, fueron los primeros que se convirtieron al islam, y bajo el estandarte islámico empezaron a instalarse en la tierra de los zazas. El nombre originario de los kurdos es Bacnavi-Boht. Llegaron a Anatolia en el siglo XII a. C. (Ekrem Akurgal, arqueólogo y profesor, en el libro de las civilizaciones de Anatolia). Aunque eran originarios de Bosnia, Herzegovina, Croacia y Macedonia, se instalaron en Irán al este del lago Urmía, en la región de Manna, y tomaron el nombre de kur, que significa en sumerio país, y compuesto también con la palabra manna. Así nació el kurmanc de la fusión de esas dos palabras. En colaboración con el sultán otomano Yavuz Selim y el dignatario kurdo Idrisi Bitlisi, empezaron a llegar al este y sureste de Anatolia (regiones zazas), después de la masacre de los zazas alevís.




Después, gracias a los privilegios acordados por los otomanos, los kurdos consolidaron su presencia en tierra de los zazas y al mismo tiempo obligaron a una gran parte de estos a convertirse al islam sunnita. Los que se negaron fueron matados por las espadas kurdas. Más tarde, las políticas kurdas tuvieron el valor de afirmar que los zazas no eran sino kurdos y que su lengua era sólo un dialecto que provenía del kurdo.

También los armenios llegaron aproximadamente en el mismo periodo que los kurdos, hacia el 1200 a. C., desde los Balcanes, y se instalaron en las llanuras altas de Mesopotamia y en la región del lago Urmía. Su nombre originario fue Paflagonia, pero posteriormente tomaron un nombre concorde a los sumerios, hititas y acadios: arma y armanu que derivaron en Armenia.




Sólo nos cabe preguntarnos de qué manera los armenios pudieron expandir tanto su territorio, y sin gran dificultad, hacia las zonas pobladas por los zazas, en la parte de Anatolia.

Hay dos razones para ello. Primero, los armenios eran un pueblo cristiano, apoyados primero por los romanos y luego por los bizantinos. Segundo, los armenios eran los aliados naturales de los romanos, que les permitieron instalarse en aquel espacio. Si los romanos contaron con los favores de los romanos y posteriormente por los misioneros occidentales, los kurdos fueron todavía más afortunados, ya que desde el 637 fueron ayudados por los árabes y a partir de 1514 por los otomanos.

Los armenios, a su vez, empezaron a codiciar las tierras zazas. Razón por la cual, hasta el siglo XX de nuestra era, pudimos ver a un gran número de armenios en diferentes ciudades zazas, como Diyarbakir, Dersim y Harput.

Sin embargo, en el momento en que el imperio hitita acababa de desaparecer en favor de los asirios, urartus y medas, y después de los aqueménidas, los zazos fueron diezmados por doquier dentro de nuevos imperios, pero su territorio siempre fue designado con el nombre “zaza”.



Una de las primeras personas que habló de los zazas fue el rey de Urartu, Argitis I (780-755 a. C.), que puso como nombre al pueblo entre dos ríos los “zavaidi”.




El rey de los persas, Darío I (522-486 a. C.), en sus escritos encontrados en las rocas de Behistun, en el actual Irán, indicaba los territorios que había sometido, y cita el nombre de “Zazana” (los zazas) (515 a. C.), la tierra entre dos ríos (el Tigris y el Éufrates). Además, en la cuenca del Tigris y del Éufrates, es decir, en la región actual de Dersim y Elazig, existía un reino llamado Sofene. A la cabeza de aquel reino se encontraba un zaza, Zariaders (en zazaki significa amarillo). Muchos escritores coetáneos como Tito Livio (59 a. C. – 17 d. C.), Plinio el Joven (61 – 114 d. C.) y el geógrafo griego Estrabón (58 a. C. – 21 ó 25 d. C.) hablan del reino de Sofene en sus obras en varias ocasiones.

El territorio de Sofene fue anexionado al reino de Urartu en el siglo VIII a. C. por Argisthi I. Este rey deportó a una parte de sus habitantes para poblar la nueva ciudad que acababa de fundar, Erebuni, en el 782 a. C.

Sofene se halló a continuación dentro del reino de los oróntidas. Se fue helenizando progresivamente después de las campañas de Alejandro Magno en los años 330 a. C.

En el siglo III a. C. los seléucidas impusieron a los oróntidas la secesión de la región. Sofene se convirtió entonces en un reino independiente dirigido por una rama de los oróntidas.

Del 210 al 204 a. C. una serie de campañas victoriosas permitió al emperador seléucida Antíoco III ocupar a la vez Armenia y Sofene, poniendo fin al reinado de la dinastía oróntida. Sin embargo, después del desastre de la batalla de Magnesia del Sipilos contra los romanos (190 a. C.) y la paz de Apamea (188 a. C.), Sofene se independizó de nuevo y fue dirigida por un estratega de Antíoco III, Zariadris, y sus descendientes. Estos reinarían en la región hasta su anexión por Tigranes II en el 90 a. C. Especialista en historia medieval, Mehrdad Izadi indica que Sofene es de la tribu Supani de Elazig, y que esa tribu todavía vive a día de hoy.




Por su parte, el historiador medieval Ibn Hawkal también habla de los zazas: “Desde Zawzan se envían a Iraq y a Siria, sobre todo asnos, conocidos por su resistencia y su fuerza”. (Ibn Hawkal. La configuration de la Terre, Tomo II, introducción y traducción de J.H. Kramers y G. Wiet. 2001).

El historiador y geógrafo árabe Yakut El Hamavi (1179-1229) en su diccionario geográfico, al hablar del reino de Sofene, indica que la población de la ciudad estaba compuesta por un 25% de armenios y el resto, 75%, de zazas. El fundador de la ciudad de Arsamosata (situada en la cuenca de Aratsnai, una de las ramas del río Éufrates) era de origen zaza, Arames (260-228 a. C.) y fue el rey de Sofene. La ciudad cambió de nombre en varias ocasiones. Los bizantinos la llamaron Asmosata, los armenios la llamaron Aşmuşat, los caldeos Arşemşat y los árabes Sumaysat (o Sumeisgat). En zazaki, “ciudad” significa “şarışton” (sharishton). En las lenguas persas şat, şar o şahar significa “ciudad”. Todavía a día de hoy, “ciudad” en zazaki se sigue diciendo “şarıştan”.

Esta ciudad de Şemşat (o Şarışton) se encuentra a orillas del río Murat, en la región de Palu, cerca de Elazig. Además, gracias a las investigaciones arqueológicas que se hicieron en el fuerte de Şemşat, sabemos que el pueblo de Xaraba (las ruinas) cerca de Palu fue la capital histórica del reino de Sofene. A raíz de la turquización de los nombres de las ciudades y pueblos zazas, en la actualidad ese pueblo se llama Öremcik.




En cuanto al geógrafo de origen griego, Estrabón, indicaba que la capital del reino de Sofene fue la ciudad de Carcathiocerta (Karkathioserta). Esta se situaba cerca de la ciudad de Harput (región zaza) y se parecía mucho al nombre de esta ciudad. Otro escritor, llamado Marquart, situaba la capital de Sofene entre la ciudad zaza de Egile y las aguas del Aragahan.






Cuando hizo la descripción de Armenia, el historiador romano Plinio el Viejo dijo: “las ciudades conocidas en la pequeña Armenia son Cesarea, Aza, Nicópolis, la gran Armosat está cerca del Éufrates, mientras que la ciudad de Karkathioserta se encuentra cerca del Tigris. Armenia del este está rodeada, aunque no a simple vista, por las montañas Ceraunias y Adiabene. Las llanuras de los alrededores están bajo dominación de los sofenes. Más allá de Sofene hay montañas y tras las montañas está Adiabene. Esta localidad está rodeada por el río Tigris y montañas que son muy difíciles de cruzar. A la izquierda se encuentra la tierra de los medas, el mar Caspio y en la costa de dicho mar se encuentran varios pueblos (VI, 15)”.




La ciudad de Aza de la que habla Plinio el Viejo puede ser “Zaza”. Con el tiempo la letra zeta fue borrada quizá porque el traductor ignorara dicha letra y no lo tradujo correctamente. Así es como podemos acabar encontrando el nombre de Aza en vez de Zaza.

Todos estos datos nos muestran que el pueblo zaza se encontraba en Anatolia desde sus orígenes y que por lo tanto es uno de los pueblos más antiguos de Anatolia y Mesopotamia y que tiene lazos de parentesco muy fuertes con todos aquellos pueblos que a su vez también fueron olvidados por los investigadores, historiadores y arqueólogos. Aunque la existencia de los sumerios fuera revelada hace ya tiempo, en contra, la de los hititas, hatti, luvitas y hurritas lo ha sido más tardíamente, hacia principios del siglo XX.

Que el nombre de los zazas a menudo haya sido olvidado y no haya sido mencionado por investigadores, lingüistas o arqueólogos es porque nunca hubo el objetivo de encontrar pruebas de su existencia. Además, siempre se escogía a traductores, guías o asistentes de fuera de la comunidad zaza.



“Los investigadores rebuscaron mucho tiempo en los archivos de Bogaz-Köy en busca de otros nombres de consonancia homérica, pero los resultados fueron muy inciertos. En cambio, encontramos en las tablillas de Micenas un montón de gente muy común… Taroisa estaba situada en una región que los hititas llamaban “Assuwa”, quizá provenga de aquí la etimología del nombre “Asia”.”






En este párrafo vemos más o menos el estado de las investigaciones o la narración de los historiadores. Está claro que la idea de inicial era encontrar nombres con consonancia homérica. Así pues, los otros nombres parecían insignificantes o bien se intentaba aproximarlos a los nombres que se estaba buscando. Como prueba, el autor del párrafo indica que el nombre de Assuwa puede designar Asia. ¡Cosa que es falsa! Se trata de un nombre zazaki que significa “hasta mañana” (a suba) o “la luna” (achuma) o también “es vuestro” (aychêma). Si hubiera habido la presencia de una persona que hablara zazaki con la o las personas que consultaron los archivos de Bogaz-Köy, habrían encontrado una aproximación del nombre de Assuwa a su significado propio escrito más arriba. Partiendo de este análisis, se puede deducir que los historiadores, arqueólogos, investigadores, etc., cometieron negligencias cuando consultaron los archivos de los hattis, hititas, sumerios, luvitas, etc.



En el caso preciso del pueblo zaza, la traducción de las palabras siempre se ha hecho en favor de otros pueblos y en particular del kurdo. De hecho, la lengua zazaki siempre ha sido presentada a los investigadores, arqueólogos, diplomáticos, militares extranjeros y occidentales como un dialecto de la lengua kurda. Incluso a día de hoy los kurdos dicen que su lengua la componen varios dialectos, entre ellos el zazaki. Sin embargo olvidan una cosa, si el kurdo lo componen varios dialectos, ¿dónde está entonces el kurdo? ¿Cómo puede ser que una lengua que no existe pueda tener tantos dialectos?



Ernest Renan decía que si estamos delante de dos personas que no se entienden, significa que nos encontramos delante de dos pueblos. Hoy en día, los kurdos y los zazas se encuentran en esa situación. Es decir, que un kurdo no entiende a un zaza que habla en zazaki.

Los políticos kurdos, como medida de control de una fuerte densidad de población y de territorio, no cesan, desde hace sesenta años, de lanzar una propaganda engañosa sobre la existencia del pueblo zaza.



Como ya sabemos, cada investigación tiene un objetivo que ha sido fijado previamente. Si por desgracia, como suele ocurrir con los trabajos arqueológicos, los arqueólogos encuentran otros elementos que los objetivos iniciales, los descartan o bien intentan cueste lo que cueste reconducir el descubrimiento en cuestión, ya sea hacia su objetivo inicial, ya sea hacia otro pueblo ya conocido. Es probablemente lo que ocurrió con el pueblo zaza.



El pueblo zaza es un sacrificado de la historia a causa del desconocimiento de su lengua y de su nombre por parte de los arqueólogos que sustituyeron los descubrimientos sobre los zazas en nombre de otros pueblos.




2. Las similitudes en el ámbito lingüístico entre las antiguas civilizaciones de Anatolia y Mesopotamia y el pueblo zaza


Las similitudes entre el pueblo zaza y las antiguas civilizaciones de Anatolia y Mesopotamia se sitúan principalmente a nivel lingüístico y de creencias. Sin embargo, podemos hacer hincapié en ciertas similitudes que existen en el ámbito de consonancia con los nombres de lugares, nombres propios y diferentes grupos de palabras.

Poniendo el acento en este tema, el lector debería entender por qué hablamos de las civilizaciones sumeria, hatti, hitita, luvita, hurrita. Esto sigue con las investigaciones efectuadas por Kemal Soyer, antiguo director general para la protección de la naturaleza y del patrimonio cultural del Ministerio de Cultura de Turquía.




A la luz de las investigaciones efectuadas por Kemal Soyer, parece que los Lulu-Dımı y los zazas alevís, los pueblos autóctonos de la cuenca del Éufrates y del Tigris, son el origen de las civilizaciones sumeria, hatti, hitita, luvita y hurrita. Se puede deducir pues que los pueblos mencionados más arriba tienen muchas similitudes como antepasados o tienen un lazo de parentesco con el pueblo zaza. Como vamos a ver, existen muchas semejanzas entre la lengua zazaki y la de los sumerios, hititas, luvitas y hurritas.



En sumerio, “hombre” se llama lu lu. La evolución de esta palabra en los zazas da lo (m) y le (f). Za en zazaki quiere decir “nacimiento”. Za-lu significa pues “el nacimiento del hombre”. La lengua corriente de Za-lu es Zil, Zilan, que es el nombre de las tribus zazas alevís.

Por otra parte, el nombre del primer hombre en los sumerios es Lulu, que se traduce por Lol, y que es el nombre de una tribu zaza: Lu-lubi-lo-lan.

Dumu.lu.ulu.lu significa en sumerio “la humanidad”. La evolución de esta palabra en lengua zazaki da Dımı li, Lulu.



El nombre del río Éufrates se dice en sumerio Buranun, y en acadio Purattu. En la lengua corriente de hoy en día esto da Subaru y Beri (en zazaki), Beritan, Fırat y Peri Suyu (en turco), que significa “agua de hada” en castellano.

El “paraíso” se llama Bar; el Éufrates se considera como el río del paraíso.

El nombre de Éufrates da en hitita Id Mala (el río de Miele). La evolución de la palabra da Dımı li-Atmalı, Mil significa en zazaki “el cuello”. Milan es el nombre de una tribu zaza: los milanis.

El nombre de la montaña donde el Éufrates tiene su fuente es Dumulu-Baba = Dimili Baba.

El río Murat tiene su fuente en el monte Ağrı Diyadin: Ali Daği (ali = montaña).

El nombre del Tigris en hurrita es Arunzah (el río de leche y de mantequilla). Ron significa “mantequilla”.

Kur en hitita significa “país” y “montaña”. Además, Kur es el nombre actual de un pueblo zaza en la localidad de Bingöl (en Turquía).

Ku o Ko significa “montaña” en el zazaki actual.

El río Tigris tiene su fuente en la montaña Hazar Baba. En zazaki Hanzar significa “mil”.

Hazar Gölü significa “mil lagos”. El dios del Éufrates se llama Enbilulu.

El dios sumerio del tiempo y de la tormenta es El, Enlil o Ellil. La evolución actual da Eli, Oli, Ali, En-e Lola que significa “padre, señor del hombre”.

El apodo de Enlil es Baal. En la religión de los alevís zazas, el número cincuenta se pronuncia eli en turco, en referencia a Eli u Oli, que es un dios sumerio. En la actualidad, el número cincuenta es ali para los alevís zazas.

Para los sumerios, los dioses de la tierra, del agua, de la sabiduría y del país se identifican con Ki Engur, que significa “razón” en zazaki.

El nombre del dios de Anatolia es Estan-Istanu, en sumerio Dutusi.

La evolución actual del dios solar es Ezdan, Tiji.

El nombre del país sumerio Ki.Engurra (tierra de Engür, patria de Engür, patria de Hünkar) significa “el profeta, el protector”.

El dios que dio el nombre de Hatti a Anatolia es el hijo de Enlil: Hadat. El nombre de su pueblo es hatti e hitita; la evolución actual da Hüda/Xweda.

El nombre del pueblo en la lengua actual es Xida, Lola.



Taru (Tar), el dios de la tempestad de Hatti significa en zazaki “vegetación”.

Ma da en zazaki “nosotros, madre”.

Arma o asma (aşma) significa en zazaki “luna”.

La diosa Inara significa en zazaki “esta vez, de esto”.

La diosa solar de Arinna, Adêr, significa “fuego”.

La divinidad hurrita Teshub y su paredra Hebat significa en zazaki “trabajo”.









3. Las similitudes en el ámbito de las creencias entre las antiguas civilizaciones de Anatolia y Mesopotamia y el pueblo zaza


La religión se remonta a la edad de piedra. Se trataba del culto a la tierra que estaba personificado como una diosa-madre. Los hattis honraban a la diosa-madre para asegurarse buenas cosechas y su bienestar. El panteón de los dioses hattis contenía el dios de la tormenta, la diosa del sol y un buen número de otros dioses menores.




Fuentes pictóricas y escritas muestran que la divinidad primordial para los habitantes de Anatolia era el dios de las aguas terrestres. Muchos dioses están conectados con el agua y la tierra. Hoy en día, la sociedad zaza otorga mucha importancia a estos dos elementos.

En la tradición de los hititas, sobre todo a través de sus creencias, se destaca una gran importancia de las fuerzas de la naturaleza como las montañas, los ríos, la tierra y el agua. En virtud de sus creencias, se dedicaban a practicar varios ritos que todavía hoy podemos encontrar entre los zazas alevís. Así como para los hititas y los sumerios, a día de hoy para los zazas ciertas montañas tienen un sentido sagrado. Por ejemplo, en la región de Dersim, Xızır Baba, Goşkar Baba y Düzgün Baba hay montañas consideradas como sagradas; los zazas van allí para rezar y combatir así sus problemas, protegerse de maldiciones, de desgracias y otras calamidades.



Para hacer desaparecer la memoria de los zazas, intentaron apropiarse de sus creencias. Así pues, se crearon divisiones entre aquel pueblo con los alevís sunitas y otras confesiones.

La identidad y el universo del pueblo autóctono zaza fueron negados y su importancia aminorada por medio de las creencias. Pero nadie necesita ser musulmán, judío o cristiano para creer en Dios. A lo largo de la historia, cada pueblo ha rezado y reza todavía en su lengua materna, según diversos ritos, dedicando templos a su dios o a una autoridad natural dotada de un juicio que le es propio.

En el pasado, ni los hititas, ni los iraníes, ni los asirios rezaron a Dios en árabe. Al contrario, tal como está escrito en los archivos cuneiformes, los habitantes del viejo mundo rezaban en una única lengua (el sumerio) al dios Enlil.

Igual que los hititas, los zazas consideraron que las montañas, los ríos, los lagos y la tierra tenían un significado sagrado. Por eso llamaron a algunas montañas con los nombres de las divinidades siguientes: Xızır Baba, Goşkar Baba y Düzgün Baba. En la medida en que el padre es a la vez fuerte y protector, de nuevo igual que los hititas, los zazas otorgan un sentido a la grandeza, la fuerza y la protección a través de las montañas, razón por la cual las bautizaron así.

Baba en hitita y papan en urartu son adjetivos comunes de los dioses-montañas. En zazaki, “pie” se llama nıng y pa.

El término baba en su forma pa-pa designa “el pie de Dios” y en la lengua del pueblo zaza quiere decir nınga o lınga Xızı’i, es decir, “el pie del protector, del salvador”.



El término wati en zazaki significa “torno”. Así pues, las montañas volcánicas así como las colinas simbolizan la imagen de la rotación del sol y de los planetas, a la manera de un torno, a su alrededor (llamado vıta o sayeke en zazaki).

Vıta ardo meydon quiere decir en zazaki “aquí fue hallado” o “aquí fue creado”.

La importancia que otorgaron los hititas y los sumerios a las montañas y a la naturaleza, todavía hoy la encontramos en los zazas alevís a través de varios ritos.

Los ritos ancestrales de los zazas tienen muchas semejanzas con los de los hititas y sumerios. Entre los hititas, las cimas de las montañas eran consideradas como sombreros que tenían forma de cono. Entre los zazas, esa imagen se interpreta como el sombrero de Dios. Esas montañas representan a los dioses del universo y del sol. Por lo tanto, el sol que gira alrededor de nuestras cabezas es el sombrero de Dios. Además, el sombrero de uno de los jefes de los alevís, Hadji Bektach, tiene forma de doce haces del sol hatti que está decorado con estrellas.



En Varto, el padre Gunni decía a su hijo: “hijo mío, el sombrero que tengo en la cabeza gira, si lo lanzo, el mundo quedaría en ruinas”. Este dicho muestra que el cono de Dios representa el universo y el sol.

Las montañas dedicadas al dios solar y al dios de la tormenta, como Düzgün Baba (padre) son representadas con la imagen de un toro llevando el sombrero hitita (en forma de cono).




Por lo tanto, las sílabas ga y ko en zazaki significan “toro” y “montaña”.

El nombre de Zargovit quiere decir en zazaki “la montaña de los sombreros de cono” y Sare Ko-i (Wete) significa “montaña que saca la cabeza”.

Düzgün Baba en Nazımiye es un dios de la montaña cuyas raíces se remontan a los hititas, a los sumerios y a los lulubis.

La divinidad que se encuentra en la ladera de esta montaña se llama Ziyarge Sarru Ga Wati, que significa en zazaki “la divinidad con cabeza de toro”.






El antiguo director general para la protección de la naturaleza y del patrimonio cultural del Ministerio de Cultura de Turquía, Kemal Soyer, pudo analizar las investigaciones y los hallazgos arqueológicos sobre las antiguas civilizaciones de Anatolia que se llevaron a cabo en Turquía. Sus investigaciones se pueden considerar como fiables y reflejan la realidad de los hechos en lo que concierne al pueblo zaza. Por esa razón recurriremos en varias ocasiones a sus análisis para que el tema quede lo más claro posible para el lector.

Las conclusiones que aquí se presentarán son el resultado de los hallazgos arqueológicos del yacimiento de Yazlikaya (en Turquía). Las primeras excavaciones en Hattusa empezaron en 1893 y 1894, luego en 1906, los alemanes Hugo Winkler y Teodor Makridi del Museo Arqueológico de Estambul descubrieron archivos hititas con una escritura cuneiforme.

Miles de tablillas de arcilla cuneiformes extraídas de esos archivos han proporcionado información importante sobre los hititas y la historia de la ciudad, los dioses hititas y los sumerios. Así fue como se supo que el nombre de Anatolia, en el sentido de “hogar de Dios”, es Kur Uru Hatti (Hattusa).




También se supo que el templo de Yazilikaya, que estaba decorado con relieves que representaban a unos cuarenta alevís, era un lugar de reunión de los dioses hititas en ocasión de las ceremonias del año nuevo.



La vestimenta y el desarrollo de las ceremonias que se hacían en aquel templo son idénticos a lo que hacen los zazas hoy en día para celebrar el año nuevo mediante diferentes festividades, danza, preparación de comidas, juegos, ofrendas, etc.

En la página siguiente, la primera ilustración aborda los doce dioses hititas (con el sombrero en forma del cono Bektachi) que caminan de la mano para la ceremonia de año nuevo, en el templo de Yazlikaya, son los dioses Tesup, Hepat, Sarruma (los dioses de la montaña, de las plantas y de los ríos). Esta ceremonia religiosa hitita tradicional continúa dándose entre los zazas ; la segunda ilustración es la representación contemporánea.






Invocación de los grandes dioses hititas en la Oración de Muwatalli en la Asamblea de los Dioses (o al dios de la tormenta y del rayo).

Relieve que representa la procesión de los doce dioses,

cámara B, Yazilikaya, Turquía.






Como en la época de los sumerios y los hititas, todavía a día de hoy el pueblo zaza celebra el día de la primavera con una ceremonia sencilla en la cima de las montañas, haciendo ofrendas. Hawtemalo (20 de marzo) o Newê Marti (22 de marzo)



Entre los zazas alevís de hoy en día, el camino (yol) se refiere al camino recto y un dios del culto de los hititas.

El culto al dios de la tormenta, en Anatolia, data de diez mil años antes de Cristo, y en continuidad con los ritos de los sumerios, hattis, hititas y hurritas, ciertos rituales han llegado hasta nuestra época, como los del lago de Zeliha en Şanlıurfa, el lago de Hamurpet en las fuentes de Khızır (Hızır) en Varto, los lagos de Hazarşah en Bingöl, el lago de Hazar en la montaña de Hazar Baba en Elazig, los ritos y las ceremonias que se practican todavía hoy para atraer la lluvia en las montañas sagradas de Varto como Goşkar Baga y Hazar Baba.






Los antiguos pueblos de Anatolia dedicaron sus tierras al dios de la tormenta, que las fertilizó con la lluvia, la nieve y el hielo, así pues la tierra de Anatolia se convirtió en propiedad del dios de la tormenta desde hace miles de años.

El nombre del dios Sarruma se traduce en zazaki por Rama-Hakk, que significa “misericordia, cultivador” y rameno o Rahma Eli que signfiica “gracias a Eli”. Las tierras de Anatolia que fueron antaño llamadas Rahma Eli se llaman en la actualidad Rum Eli, en razón del dios aleví Sarumma Eli. Sarumma significa en zazaki “nuestro pueblo”.



Para impedir que el pueblo zaza tuviera conocimiento sobre su pasado, las autoridades sucesivas en Anatolia deformaron ciertas apelaciones. Por ejemplo, Rama Eli que significa en zazaki “el derecho de Dios” se transformó en Rum Eli, que quiere decir en turco “el país de los griegos”, mientras que Rama Eli no tiene nada que ver con esta denominación turco-otomana.



La principal divinidad hitita es el dios de la tormenta de Hatti (nombre hitita desconocido, Taru en hatti, Tarhun, Tarhunta o Tarhunna en jeroglíficos luvitas)





, que tiene su gran templo dedicado en Hattusa. Existen otros dioses de la tormenta en las ciudades hititas como Nerik, Zalpa o Zippalanda. La otra gran divinidad es la diosa-sol Arinna, salida de la cultura hatti, donde se conoce por el nombre de Wurusemu. Estos dos grandes dioses son finalmente asimilados a las divinidades hurritas Teshub y su paredra Hebat. Los hititas veneraron a otras divinidades que surgieron de la cultura hatti, como Telipinu, dios de la fertilidad, Khalmasuit, la diosa-trono, Inara, dios creador de Hattusa, Wurunkatte, dios de la guerra.

Los sacerdotes masculinos eran llamados en los textos con términos sumerios Sanga y Gudú, y las sacerdotisas más importantes eran llamadas Ama.Dingir-mil (madre de dios).




El dios del tiempo fue identificado con el monte Zaliyanu (Zalimonu significa “los crueles”), cerca de Nerik, responsable de la lluvia en las tierras cultivadas de la ciudad.

Arma (o Aşma) significa en zazaki “la luna”. El dios menor de la luna es Luwian.

Algunos dioses podían ser representados mediante figuras animales, como el ciervo de las divinidades protectoras, y varios dioses tenían un animal-tributo que los simbolizaba, por ejemplo el toro para el dios de la tormenta.






Muchos nombres todavía tienen significados en el zazaki actual.

Taru significa “vegetación”.

Inara significa “esta vez, de esto”.

Hebat significa “trabajo”.

Ma significa “nosotros, madre”.

Arma o Asma significa “la luna”.

La explicación de la imagen aquí abajo es la siguiente: se trata de un motivo grabado en madera. Se basa en el Árbol de la Vida, que fue un elemento de culto desde los sumerios, y el báculo sagrado que se formó en las manos de diferentes dioses que simboliza mil y un seres.

En muchas obras visuales, los dioses sumerios tienen en las manos anillos y un cetro. El anillo simboliza el universo y el trono de dios mientras que el báculo representa el universo verdecido y el camino recto.

En el alevismo, el báculo es el símbolo del Camino de la Verdad y tiene por nombres Tariq, Evliya, Çup o Sardeste.

El dios de la tormenta de los hattis es Taru, que significa en hitita “el árbol” y se llama en zazaki Darê. Si el término de tarik simboliza el camino recto, entonces la historia, las costumbres y el juicio son la encarnación de Darê.

El motivo del surgimiento de los ríos Éufrates y Tigris entre las tierras de la civilización sumeria tiene relación con “el cuello”, que se dice mil en zazaki. Mil refleja el nombre de la estrella Mul-lu de los sumerios, de ahí el nombre Dumlu o Dimili en zazaki.






Dios de lagua, del sol y de la sabiduría DÜMELİ BABA — DEM ALİ



El nombre popular de los sumerios hoy en día es Dimilli y Dümbeli, que se presenta bajo la forma de Dumu Lulu.

En sumerio, “hombre” se dice lu y “un par de hombres” se dice lu lu. “El pueblo” se dice Dumu.lu.ulu.lu.

En hitita, el término “dios” es siuni y “el río” en hurrita es suwenna. En zazaki suwena quiere decir “limpiar”. En la memoria pública zaza, estos nombres significan shane, “pastor”.



En la conceptualización del universo, las estrellas de la bóveda celeste son un rebaño de bienes y ovejas, y Dios es el pastor del universo.

Así pues, la misión principal de la mayoría de los profetas es de comportarse como un pastor.

Las ovejas que giran alrededor del pastor en el monte Sanı, que forma parte del mito de Ali Divanı, representan en realidad las estrellas del universo durante la oración colectiva (ritos de los dioses hititas, practicados hoy en día por los zazas alevís).



Existen las tumbas de Koçu Baba, Çoban Dede y Koyun Baba en Anatolia, con motivo de los mitos del dios pastor.




Tomemos el ejemplo del monte Erciyes, Kanich (Cesarea, Argea) Kayseri, el punto culminante de ese monte es de 3.916 metros. En la época de los hititas, se consideraba como el dios y se llamaba Ko-e Sarrumma, que es un término zazaki que simboliza la montaña Ali, indicando así el dios del cielo. El yerno del profeta Mahoma no fue a Kayseri, y contrariamente a las afirmaciones sobre esta cuestión, Ali Montaña fue bautizado con el nombre del dios sumerio-hatti Enlil o Eli. Así pues, el dios llamado Eli o Oli por los zazas alevís es el dios sumerio Eli.



Al contrario de lo que pretenden las fuentes occidentales, los hititas se llamaban a sí mismos nesiminli, lo que significa kayseri “de Kanech”, y no europeos.

Se descubrieron miles de tablillas en la ciudad de Kanish, que cuentan las relaciones comerciales de las ciudades hititas con los asirios desde las ciudades de Kanish y Karum.

La fuente de los motivos de extracción del agua de las montañas sobre las cuales los alevís golpean con los pies, en los tiempos antiguos (se erigieron estatuas de dioses al respecto), son como las montañas de Erciyes y Kaz.

Hoy en día este motivo se llama Lınga Xızıri, que significa “el pie del salvador”. En zazaki la fuente se llama Eynı, Hını o Kanı, y el concepto sumerio de las manos y los pies, “su-pa”, se expresa con otros nombres. Pa significa en zazaki “pie” o “un paso”. Eynisipi significa “fuente blanca” en zazaki o Baba Kanich.






Como en otras partes del mundo, las creencias y las culturas de los pueblos de Oriente Medio son edificadas sobre las de la antigüedad y la prehistoria. Por eso en Oriente Medio existen muchas características comunes en casi todas las creencias. Una de las características es la creencia en Xızır (el salvador, el protector). Abehayat significa “inmortal”. Xızır abehayat, es decir, que ha bebido el agua de la inmortalidad, y que es inmortal. El que está siempre presente en los momentos difíciles, el que ayuda y el que salva. Xızır es la Paz.






Los dioses con orejas cónicas de Bektashi que caminan unos detrás de los otros con sus espadas representan el sistema solar con doce planetas y el ciclo sincrético del sol en doce meses.

El nombre del dios solar en hatti es Estan, en hitita Istanu.



Las creencias de los hititas han inspirado ciertamente la curiosidad de los creyentes de otras religiones, pues al observar el lugar de culto Durbali Sultan (1894), en Albania, la corona de Huseyin en doce partes del bektashismo es de origen sumerio-hitita y simboliza el sistema solar de los sumerios-hititas.






Iconografía de los doce dioses tejiendo en el templo de Hattusha

(Apóstoles – doce imames)






Lugar de culto Durbali Sultan (1894, Albania)



El sol es la corona y el hogar divino que engendra la vida mundana.

La fotografía de arriba de la página anterior representa el relieve de los doce dioses en el templo Yazılıkaya de los hititas, al aire libre, en Hattusha. Los dioses llevan un sombrero en forma de cono y caminan unos detrás de los otros con espadas en la mano, lo cual corresponde al sistema solar con doce planetas y al ciclo del tiempo sincrético de los doce meses alrededor del sol.

En hitita el nombre del dios Sol es Asitane, que en hitita da Estan/u. El bektashismo es la continuación de la institución administrativa y cultural de los hititas.

La corona Huseyin tiene doce divisiones de origen sumerio-hitita que simboliza el bektashismo como hogar solar. El sol es, pues, la corona divina que hace posible la vida terrestre.

Si miramos el motivo de los doce dioses en el culto Durbalı Sultan (página siguiente), todos los apóstoles tienen un sombrero en forma de cono y tienen asida en sus manos el hacha del dios de la tormenta.



Los imanes con el turbante verde de hoy en día son invenciones del Irán chiita.

Este motivo, llamado los doce apóstoles cuando Anatolia entró bajo ocupación cristiana, fue rebautizado como los doce imanes en el islam político.

Prestando atención a las imágenes, vemos que hay un halo solar en la cabeza de los doce apóstoles, como en los hititas.

En las pinturas representativas de los apóstoles cristianos y de los imanes árabes, algunos se llevan la mano al corazón, como los zazas alevís de hoy en día.

De la misma manera, los doce imanes que representan a Irán están definidos con doce rayos luminosos que provienen del sol.

Estos dibujos muestran claramente que el culto solar hatti-hitita se adaptó a las religiones que adquirieron un nombre divino.

El tema común ilustrado en las imágenes a continuación es que el sol da vida al mundo durante los doce meses. Esta fuente de vida ha sido personificada como “Diosa del Sol” por “doce sabios” y su marcha en doce meses en el universo ha sido conceptualizada por “doce dioses” que combaten por la humanidad.




Doce apóstoles del cristianismo






Doce imanes del islam



El hogar del Sol es el universo, mientras que el mundo es una olla humeante.



Conocido con el nombre de Ishtar en acadio, el templo de Inanna ha sido identificado como Eşara (que quiere decir en zazaki “los otros”). Los zazas alevís ofrecieron Aşura como una ofrenda a los dioses Sol y la Madre Tierra, que abastecieron de comida a la humanidad durante doce meses, desde la eternidad hasta nuestros días.









Hattusha-Yazlikaya — la diosa Ishtar y sus ayudantes






La diosa Ishtar está presente con sus ayudantes, en medio de los doce dioses hombres.



Los motivos de la página siguiente representan el rito zaza aleví (Ayin Cem’i) que es un rito ancestral que comprende la unidad del ser-universo hasta nuestros días.

No hay distinción alguna entre hombres y mujeres en este ritual; todo el mundo se considera una sola alma.

En Yazlikaya, las divinidades se giran hacia Semah y caminan detrás de la diosa del Sol, Hepat.



Por su naturaleza invasiva, las religiones judía e islámica anteponen el dios varón, la mujer no tiene lugar en su iconografía.









En la actualidad, los zazas practican los mismos ritos

que en la época de los hititas.



Como conclusión de este capítulo, visto el conjunto de los elementos presentados con relación a las semejanzas en los términos, nombres, lugares, nombres de lugares, aspectos lingüísticos y creencias, podemos afirmar con facilidad que los ancestros de los zazas son todas aquellas civilizaciones juntas, teniendo en cuenta las numerosas interacciones culturales con todos esos pueblos de Anatolia. De la misma manera, también podemos afirmar que el zazaki es una lengua, hablada por un pueblo que se llama zaza.





Конец ознакомительного фрагмента. Получить полную версию книги.


Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию (https://www.litres.ru/pages/biblio_book/?art=67033320) на ЛитРес.

Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.



El pueblo zaza es uno de los primeros habitantes de Anatolia (actual Turquía) o Asia Menor y Mesopotamia. Hoy en día este pueblo autóctona es un gran olvidado de la historia. ¿Quiénes son los zazas? ¿En qué región del mundo se hallan? ¿Cuál ha sido su evolución histórica? A pesar de numerosas dificultades para reconocer su etnicidad, el pueblo zaza ha podido salvaguardar un elemento primordial que prueba su existencia: su lengua, el zazaki. Analizando las civilizaciones antiguas de la región, aparecen similitudes entre los zazas y los sumerios, los hattis/hititas, los luvitas y los hurritas.

Как скачать книгу - "Historia Del Pueblo Zaza" в fb2, ePub, txt и других форматах?

  1. Нажмите на кнопку "полная версия" справа от обложки книги на версии сайта для ПК или под обложкой на мобюильной версии сайта
    Полная версия книги
  2. Купите книгу на литресе по кнопке со скриншота
    Пример кнопки для покупки книги
    Если книга "Historia Del Pueblo Zaza" доступна в бесплатно то будет вот такая кнопка
    Пример кнопки, если книга бесплатная
  3. Выполните вход в личный кабинет на сайте ЛитРес с вашим логином и паролем.
  4. В правом верхнем углу сайта нажмите «Мои книги» и перейдите в подраздел «Мои».
  5. Нажмите на обложку книги -"Historia Del Pueblo Zaza", чтобы скачать книгу для телефона или на ПК.
    Аудиокнига - «Historia Del Pueblo Zaza»
  6. В разделе «Скачать в виде файла» нажмите на нужный вам формат файла:

    Для чтения на телефоне подойдут следующие форматы (при клике на формат вы можете сразу скачать бесплатно фрагмент книги "Historia Del Pueblo Zaza" для ознакомления):

    • FB2 - Для телефонов, планшетов на Android, электронных книг (кроме Kindle) и других программ
    • EPUB - подходит для устройств на ios (iPhone, iPad, Mac) и большинства приложений для чтения

    Для чтения на компьютере подходят форматы:

    • TXT - можно открыть на любом компьютере в текстовом редакторе
    • RTF - также можно открыть на любом ПК
    • A4 PDF - открывается в программе Adobe Reader

    Другие форматы:

    • MOBI - подходит для электронных книг Kindle и Android-приложений
    • IOS.EPUB - идеально подойдет для iPhone и iPad
    • A6 PDF - оптимизирован и подойдет для смартфонов
    • FB3 - более развитый формат FB2

  7. Сохраните файл на свой компьютер или телефоне.

Книги автора

Рекомендуем

Последние отзывы
Оставьте отзыв к любой книге и его увидят десятки тысяч людей!
  • константин александрович обрезанов:
    3★
    21.08.2023
  • константин александрович обрезанов:
    3.1★
    11.08.2023
  • Добавить комментарий

    Ваш e-mail не будет опубликован. Обязательные поля помечены *